Con motivo de su 20 aniversario el Museo Guggenheim de Bilbao acogerá durante 8 noches consecutivas la actuación en directo de Kraftwerk grupo pionero de la electrónica industrial y que cuenta con más de cuarenta años de vida.

El espectáculo Kraftwerk 3D The Catalogue – 1 2 3 4 5 6 7 8”, el cual ya ha pasado por el Tate Modern de Londres o el Moma de Nueva York supondrá un repaso por su discografía.

Formados en Düsseldorf en la década de 1970 por Ralf Hütter y Florian Schneider –quien abandonaría la formación en 2008- se caracterizaron desde su origen por un particular sonido que mezclaba las armoniosas melodías de los sintetizadores con lo industrial y maquinario, creando piezas musicales de grandes recorridos; como paisajes sonoros paridos de las entrañas de una fábrica.

El vanguardismo de sus comienzos dio como fruto tres álbumes donde la experimentación era más que palpable en su constante coqueteo con la tecnología de la época. Su cuarto álbum Autobahn fue el de la ruptura, construyendo una mezcolanza entre arte y narrativa musical; junto a Radio-Activity, que llegó tan sólo un año más tarde, viraron su carrera hacia el pop electrónico acercando su sonido a un público cada vez más mayoritario.

La eterna búsqueda de nuevos sonidos ha sido una constante en la carrera de la banda que sentaron las bases de la electrónica y el techno más puro y racional, y que a lo largo de cuatro décadas han desarrollado una maquinaria visual que sería imposible entender sin su música. Y viceversa.

Cada una de las noches en el Guggenheim de Bilbao estarán dedicadas exclusivamente a un álbum de su discografía:

–       7 de octubre: Autobahn (1974)

–       8 de octubre: Radio-Activity (1975)

–       9 de octubre: Trans Europe Express (1977)

–       10 de octubre: The Man-Machine (1978)

–       11 de octubre: Computer World (1981)

–       12 de octubre: Techno Pop (1986)

–       13 de octubre: The Mix (1991)

–       14 de octubre: Tour de France (2003)

El legado de Kraftwerk sigue vigente de la mano de Ralf Hütter que, a sus 70 años, ha conseguido seguir exprimiendo un experimento que no parece caducar.