La fotografía de moda se ha convertido en todo un referente artístico para fotógrafos y directores de arte que, cada vez más, conciben las editoriales de moda como un medio de expresión artística y no como herramienta publicitaria. Vogue es, sin lugar a dudas, la precursora de este tipo de fotografías que han conseguido «enganchar» no sólo a los lectores, sino a críticos y personalidades del mundo artístico a lo largo de los años. Ahora, el Museo Thyssen-Bornemisza se convierte en un seguidor más de la mítica publicación, acogiendo desde el 30 de junio la exposición fotográfica ‘Vogue like a painting’.

Una muestra con sesenta y una imágenes de inspiración pictórica, procedentes de los archivos de la revista Vogue y realizadas por algunos de los fotógrafos más destacados de las últimas tres décadas. Las fotografías de esta muestra han sido seleccionadas de manera rigurosa por su enorme semejanza con referentes pictóricos. En algunas se utiliza el relieve escultórico y en otras la luz tiene una factura pictórica. Muchas de las imágenes seleccionadas nos hacen pensar en cuadros y artistas concretos como Vermeer, Hopper y Millais; Balthus, Van Eyck, Botticelli y Zurbarán. El hilo común que recorre toda la muestra es, como afirma su comisaria Debra Smith, una suerte de ralentización: “una atemporalidad en la pose de las modelos; una especie de lapso mental en el que todo está muy, muy quieto”.

La exposición está organizada en torno a los grandes géneros pictóricos, como son el retrato, el paisaje o los interiores, de manera que la herencia pictórica de la fotografía se percibe de forma aún más evidente. El público podrá dejarse seducir por Irving Penn, maestro de las líneas puras y de lo exquisito; Annie Leibovitz, icono y retratista oficial de iconos; Peter Lindbergh, señor del drama en blanco y negro; Paolo Roversi, retratista de lo puro; Mario Testino, dueño de la luz; la teatralidad de Tim Walker y la llamada de la fuerza de Mert Alas y Marcus Piggott; Patrick Demarchelier, el verdadero clásico, siempre deseado; Steven Klein y su visión cinematográfica de la fotografía de moda y muchos otros.

La muestra incluye, además, dos vestidos: el impresionante “Queen Orchid” de la diseñadora china Guo Pei, que dialoga con el retrato que Irving Penn hizo de Cate Blanchett como Isabel I de Inglaterra, y un diseño de Valentino con motivos florales en la sala de fotografía de exteriores y jardines. Yolanda Sacristán, directora de Vogue España, explica que “fue Vogue la precursora de la fotografía de moda cuando, ya en la década de 1920, empezó a reemplazar sus portadas ilustradas por imágenes de artistas tan revolucionarios como Edward Steichen, quien llevaba desde 1911 experimentando con el retrato de moda. Fue él mismo junto con otros grandes colaboradores de Vogue -Cecil Beaton, Horst P. Horst e Irving Penn, principalmentequienes transformaron el género en una forma de arte excepcional, sentando las bases de la fotografía moderna”