El primer día del año nuevo se merece un concierto desde la ciudad de Viena, Austria, un país que es musa de la música clásica por excelencia y donde han nacido genios de la talla de Schönberg, Strauss, Haydn, Schubert o Mozart. Este pequeño lugar, atravesado por la zona más oriental de los Alpes, es uno de los destinos turísticos más solicitado del centro de Europa gracias a unos paisajes agrestes, bellos y naturales que dejan impactado al que los visita. En el lado más occidental, bañado por las aguas del Lago Constanza, se sitúa un pequeño pueblo denominado Bregenz, muy conocido por los festivales de música clásica que se celebran durante la estación del estío. Y es bajo este marco incomparable donde se localiza una atípica casa bautizada con el nombre de Sch.
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El equipo de arquitectos Untertrifaller ha concebido una asombrosa casa pero no para un lugar cualquiera. Colgada, literalmente, de un acantilado se asienta sobre una superficie de 450 metros cuadrados que se distribuyen en dos plantas: en la primera se encuentran ubicados la cocina y el salón, dos terrazas y un aseo; en el segundo, el dormitorio principal, un estudio y un baño completo.
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Los materiales empleados están a la vista del espectador, como el hormigón para poder mantener bien sujeta la estructura, el vidrio en las amplias cristaleras o la madera al interior. El uso de las cristaleras permite disfrutar de una mayor cantidad de luz natural al interior que, al incidir sobre la madera, permite una sensación de mayor calidez al interior y contrarrestar el efecto “frío” del uso del hormigón armado.
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Una casa para disfrute personal de sus inquilinos, en un marco incomparable de naturaleza profusa, donde poder retirarse a disfrutar del descanso con la paz y serenidad que la cercanía de las aguas del Lago Constanza otorga y donde la música es una de las actividades de ocio preferidas entre sus gentes.
Fotografía Bruno Klomfar
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