Los juguetes sexuales, pese a ser juguetes y ser muy divertidos, no son para niños. Es en este punto en el que todos estamos de acuerdo, menos los responsables de la organización holandesa ‘Free a Girl’ que, con buenas intenciones y en su labor en contra de la prostitución infantil, han provocado una polémica tal que se han situado en la diana de todas las críticas al realizar un spot publicitario en el que muestra a niños de corta edad jugando con consoladores sin ser conscientes de que lo que tienen entre sus manos no son ni coches de carreras, ni carrozas de princesas Disney, sino artilugios diseñador para producir placer en unos juegos que, evidentemente, no deberían aprender los pequeños de la casa hasta bien entrada la adolescencia.

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