Un vídeo de ‘The Try Guys‘ está dando la vuelta a internet porque se exponen a una sesión de fotos que más tarde es modificada con Photoshop.
Tal vez te preguntes, ¿qué tiene esto de novedoso?
En primer lugar debes saber que ‘The Try Guys’ ya han protagonizado varios virales en internet en los que su imagen es tratada con Photoshop para tratar de recrear cuerpos de modelos masculinos u otros ‘ideales’, siguiendo por ejemplo los patrones dictados por el mundo de la cirugía estética actual etc.
En esta ocasión repiten y tratan de recrear una serie campañas o polémicas fotografías teniendo en cuenta las exigencias a las que suelen verse expuestas las mujeres en el mundo de la publicidad o la moda.
¿Sabes lo que es el LSD? Es una droga conocida también como ácido y que fue mundialmente popularizada por los hippies (sí, esos que se ponían ropas con flores y proclaman el amor libre).
El LSD en concreto se trata de un psicodélico que siempre ha generado mucha polémica alrededor, como consecuencia de sus posibles efectos o usos, por ello ha sido protagonista de muchos experimentos.
Una plaza. Un hombre. Un teclado. Unos cascos. Una silla vacía, esperándote.
Así comienza el experimento: Free Seat (Asiento Libre). Una colaboración entre el artista brasileño Pedro Carneiro Silva y el iraní-alemán Ardalam Aran -Raw Creation-.
¿Cómo crees que reaccionarías si al pedir la cuenta, tras haber bebido una sola caña, te cobraran 20 lereles? Y no, no estamos hablando de Suiza, sino del típico bar español de la esquina, de los de toda la vida. Tal vez ya has visto este experimento viral, pero te recomendamos que lo veas y sigas leyendo.
Si en tu día a día te enfadaría pagar los platos rotos que tú no has tirado al suelo y tomarías medidas al respecto, por ejemplo, quejarte, protestar, reivindicar, reclamar un cambio, acudir a tus derechos, no volver a ese sitio, no comprar allí, reclamar un despido, NEGARTE a pagar. ¿Por qué no lo hacemos -tanto como podríamos- a la hora de vivir nuestra vida? Tenemos la sensación de que no podemos hacer nada, por lo que al final la mayor parte de las veces no hacemos nada al respecto. Y sí, el ritmo de vida actual tampoco ayuda, pero ¿te has planteado que tal vez ésa sea parte de la estrategia? Mientras no pares, no tienes tiempo para pensar (ni siquiera en ti).
Para que el cambio comience no sólo necesitamos una Juana de Arco que grite revolución, sino que nosotros mismos seamos los protagonistas a la hora de generar cambios en nuestro círculo más cercano.
Es curioso el doble mensaje que promueve el eslogan de la campaña de Intermón Oxfam con la que se pretende recoger firmas para evitar el escaqueo fiscal de las grandes empresas: Admítelo, ¡eres un pringao’! Es un arma de doble filo porque quizá ése es justo otro de los problemas, hemos asumido que somos unos pringaos’, y claro, desde esa postura es difícil sentirse capaz de hacer algo -o nada-. Se opta por asumir la situación para no enfadarte, para no darle vueltas a la cabeza, porque la postura contraria nos obligaría a cambiar nuestra opinión o hacer algo al respecto… Y claro, eso supone salir de la zona de confort y nos empujaría directamente fuera de la comodidad a la que estamos acostumbrados, valga la redundancia. Algo que además no siempre está bien visto por los demás ya que supone otra forma completamente diferente de hacer las cosas: implica esfuerzo, te sientes raro, incómodo y perdido.
La anestesia hace que no sientas el dolor, pero eso no significa que el problema no exista o que no duela.
¡Admítelo, NO eres un pringao’!
(Portada tomada de la foto de la campaña de Intermón Oxfam)
Si nosotros, como humanos, supuestamente una especie inteligente, se nos queda cara de vaca viendo un tren pasar con algunos trucos de magia, ¿qué reacción tendrán los perros al ver cómo desaparecen salchichas en sus narices? Jose Ahonene, un mago finlandés, quiso responder a esta pregunta realizando un curioso experimento que es, cuanto menos, bastante curioso. Los pobres canes no se imaginan realmente lo que sucede y sus reacciones logran despertar una sonrisa en nosotros, que nos creemos más listos que ellos.