Al Salón Erótico de Madrid se le presupone, cuanto menos, que está cargado de erotismo, pero en su edición para el presente 2017 a más de uno se le ha bajado apresuradamente cuando ha dado al play con la intención de ver el avance que el principal evento de la industria del sexo en España, ha publicado esta semana para tratar de acercar al mayor número de curiosos y amantes del porno a sus instalaciones, que abrirán sus puertas el próximo 9 de junio en el Pabellón de Cristal de la Casa de Campo.
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Todo un éxito viral. Así podríamos titular el último spot publicitario que nuestra estrella del porno más internacional y ex-superviviente, Nacho Vidal ha protagonizado para la nueva edición del Salón Erótico de Barcelona que se celebrará del 1 al 4 de octubre. Una oportunidad que no quiso perder para no sólo promocionar su «querido» festival, sino también para usarlo como toque de atención obligado y, así mostrar a una sociedad ciega, la realidad más cruel del ser humano.
«Dejemos de invadir países y comencemos a conquistar culos. Practiquemos el bondage y la dominación, en lugar de esclavizar a nuestros niños. Que el squirting diluya nuestras lágrimas. Que los gritos de cada orgasmo sustituyan a los gritos del hambre y la desesperación», continúa un manifiesto que nos muestra a un Nacho más calmado y espiritual de lo que nos tenía acostumbrados.
Así que, ya nos lo dice Nacho: «sólo cuando cada polla y cada coño de este planeta sea respetada, MERECERÁ LA PENA VIVIR EN ÉL»
El estilo de vida de las estrellas del porno es una de esas cosas que todo el mundo se muere por conocer, pero por alguna extraña razón nadie explota ese filón. No se hacen películas, series o realitys con esta temática. Sorprende sobre todo porque la vida de una diva del porno tiene todos los ingredientes para que funcione en un buen guión: sexo, lujo, amor, viajes, gente diferente y muy especial, todos muy guapos, y sobre todo, una sensación lujuriosa de que una estrella del porno vive una vida que mola pero que a la vez está prohibida.A fin de cuentas, no son personas que se pasen medio lunes en el atasco de la m-40, ni que se levanten siempre a la misma hora. Su trabajo les permite viajar mucho, conocer mundo, programar en cierta manera sus vidas. Son personas hechas a sí mismas, sus propios jefes.