Si hace unas semanas el artista deslumbraba con su técnica del tatuaje a un solo trazo, creando moda en el mundo de las agujas, el artista Mirko Sata también quiere hacerse un hueco y sucumbir a su minuto de gloria correspondiente. Desde su taller situado en Milán llega un nuevo concepto que enriquece el arte de la piel.

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Sus diseños están inspirados en formas serpentinas, que se van mezclando y enroscando en torno al brazo, la pierna o la mano. Nada de esto sería novedoso si no estuviera mezclando tinta blanca junto con la habitual tinta negra, creando una auténtica dualidad que enlaza con el principio taoísta de ying y yang. Dos fuerzas opuestas se unen para crear un motivo que enlaza todo concepto antagónico, la luz y la oscuridad, lo masculino y lo femenino, el reposo y el movimiento.

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El resultado es algo novedoso, chocante y poco habitual que enriquece las posibilidades del arte del tatuaje.