Cuando uno mira al cielo, durante una noche estrellada, se da cuenta de lo grandioso que es el Universo y lo insignificante que el ser humano es. Contemplar la inmensidad de la oscuridad, iluminada por los millones de estrellas azuladas que la conforman, no es comparable con ninguna otra sensación que se haya experimentado antes. Uno mismo se sabe en sintonía como parte de ese macrocosmos exterior que nos rodea. No importa el lugar desde donde se contempla, solo el sentimiento que embarga al contemplarlo.
El ingeniero Kurt Hughes ha estado toda su vida construyendo barcos. Prácticamente podría decirse que en su fuero interno su profesión no tiene nada que ver con el espacio exterior. Pero al igual que los ingenieros llevan a cabo el acto de construir, los arquitectos también. Y es aquí donde Kurt Hughes ha querido llevar a la práctica su deseo de construir una casa que imitase la célebre nave espacial Apolo 11.
Con su experiencia como constructor, esta casa integra todas las comodidades y necesidades para adaptarse a la vida diaria. Tres vigas de acero son las encargadas de emular las patas de aterrizaje del Apolo 11 y de elevar la casa unos centímetros sobre el suelo. Los materiales de construcción que Kurt Hughes ha empleado son fibra de vidrio biaxial, madera contrachapada, epoxi para las unionesy paneles aislantes SIP.
El aspecto exterior muestra una copia exacta de la nave que envió a Armstrong y Aldrin a la Luna en 1969. Sin embargo, al interior Kurt Hughes la ha dotado de todas las estancias necesarias como una cocina, un baño, un comedor y dos dormitorios. La luz entra por las diversas ventanas y una claraboya superior, todas realizadas en fibra de vidrio. Los sistemas de ventilación y calefacción están perfectamente integrados en el diseño. Y su situación, junto a orillas del río Columbia, muy cerca del lugar donde los astronautas del Apolo 11 entrenaron para su misión, es ideal.

Kurt Hughes ha conseguido crear una casa diferente, en homenaje a una época donde la innovación marcó a una generación que creció y vivió, en primera persona, la constante hostilidad entre dos superpotencias que rivalizaban por llegar antes a la Luna, entre otras cosas. Hoy día la situación no es muy diferente a la de aquel momento. La innovación sigue siendo el motor de crecimiento de cualquier grupo. Aunque para innovar siempre hace falta invertir en recursos. Profesionales no faltan para ello…
Deja una respuesta