El color de nuestros ojos es fruto de nuestra herencia genética y, hasta el momento, algo inalterable. Durante décadas hemos estado modificando la forma y el color de nuestros ojos gracias a fabricantes de lentillas, pero no de manera definitiva. Ahora, por un precio que ronda desde los 2.000 euros hasta los 7.200, algunas clínicas ofrecen la posibilidad de conseguir el color de ojos que siempre habías soñado.

«El ser humano es inconformista por naturaleza», un dicho que cada día coge más fuerza, gracias a los avances de la ciencia. Las modificaciones corporales y la cirugía estética forman parte de nuestras vidas, permitiéndonos alcanzar los tan deseados cánones de belleza. Tener la nariz perfecta o una talla 90-60-90 ya no es algo imposible. Pero hasta hace poco sí había algo totalmente inalterable: el color de nuestros ojos. Por primera vez en 1995 veíamos cómo las lentillas de colores aparecía en el mercado para cambiar nuestras vidas. Multitud de ofertas en el precio de lentillas diarias hacía que con más frecuencia pudiéramos ver cómo celebrities de medio mundo y nuestros propios amigos las utilizaran con total normalidad. Tener los ojos color cielo o con la forma de un felino ya no era algo imposible, pero sí bastante extraño.
España pionera en la modificación ocular
Ahora, una práctica quirúrgica nos permite deshacernos de las lentillas y modificar nuestro color de ojos definitivamente. Conocida como queratopigmentación, consiste en aplicar pigmento en la córnea a través de un microtúnel corcular sin alterar la estructura interna del ojo. Es decir, consiste en pigmentar o tatuar con un láser la zona del iris de forma permanente mediante pigmentos corneales biocompatibles.
Jorge Luis Alió, catedrático de Oftalmología de la Universidad Miguel Hernández de Alicante, es uno de los especialistas más sonados en este campo de la modificación ocular. Su fórmula es una evolución del tatuaje corneal, que consiste en colorear la córnea con la ayuda del láser. El proceso empieza con una incisión en el globo ocular para crear una lámina dentro del tejido corneal. Esa lámina se rellena con pigmentos micronizados, una tinta de color, que proporciona la tonalidad deseada al iris. «Esto nos permite poner cualquier color que queramos, aunque no nos plegamos a peticiones excéntricas» comenta para abc.es.

Antes de realizarse la cirugía se recomienda probar con lentillas de colores para evitar arrepentimientos y que los pacientes puedan hacerse una idea de su aspecto. En España hay muchas tiendas que venden este tipo de productos como visiondirect.es.
El mercado de cambiarse el color de ojos
El color se puede modificar o cambiar, pero no es reversible. Por lo que si surgieran arrepentimientos, la única manera de volver al tono original sería mediante la pigmentación. La creciente demanda ha provocado que surjan técnicas de modificación ocular menos seguras para el paciente.

Uno de estos procedimientos es la despigmentación con láser. Una técnica que se empezó a probar hace unos años, pero la comunidad científica ha descartado. El procedimiento no es reversible e implica riesgos, ya que deja el ojo desprotegido sin conocer de antemano qué color va a tener el paciente que se somete a esta decoloración. Además de posible pérdida de visión y cicatrices permanentes.
Países como Panamá, India o Túnez ofrecen a potenciales clientes soluciones rápidas y de bajo coste para modificar su color de ojos. La técnica más extendida en estos países, se basa en implantar un disco de silicona parecido a las lentillas de colores. Una técnica menos segura y fiable para el paciente.
Las Sociedades científicas alzan la voz
Esta creciente moda ha provocado que algunas de las sociedades oftalmológicas más importantes del mundo como la Sociedad Americana de Catarata y Cirugía Refractiva (ASCRS) o la Sociedad Europea de Catarata y Cirugía Refractiva (ESCRS) emitan comunicados en los que desaconsejan cualquier implante en el iris con fines estéticos hasta que exista una aprobación de una regulación rigurosa y se haya estudiado a fondo con los ensayos clínicos apropiados.

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