El arte, pese a ser una expresión del propio espíritu materializado en las manos de un artista, también debería tener sus limitaciones cuando afectan a terceras personas y también a animales. No todo vale para llamar la atención y mucho menos si lo que se persigue no es despertar sentimientos en las personas que admiran la obra, sino un interés únicamente económico. Al menos eso es lo que creemos que trataban de conseguir los responsables de la pista de hielo del parque temático de Space World, situado en la ciudad japonesa de Kitakyushu, que tuvieron la osada idea de congelar a más de 5.000 animales marinos en su pista de hielo para que sus usuarios pudiesen deslizarse con sus patines encima de sus cadáveres petrificados.
Los rostros de estos peces muestran la agonía de haber sido sacados de su hábitat natural y haber sufrido una muerte lenta y dolorosa por asfixia, para más tarde congelar sus cuerpos para el deleite de sus clientes. Una acción por la que han tenido que pedir perdón, previo paso a cerrar la pista de hielo hasta que subsanen el error que jamás deberían haber cometido.
Lo hicieron tras recibir infinidad de críticas en sus perfiles públicos en las redes sociales, donde los usuarios reparaban en varias cuestiones que antes debían haber tenido en cuenta los responsables de esta inusual exposición. Más allá de la insensible decisión de matar a más de 5.000 peces y crustáceos para tal finalidad, son muchos también los que reparan en el hecho de que es un “desperdicio inútil de comida”, ya que esos peces no han muerto para servir de alimento a otros animales que tienen en sus instalaciones lúdicas, sino para mostrar sus cadáveres como mero trofeo.
Por otro lado, los responsables del parque se han excusado -a la vez que pedían perdón por ello- alegando que lo que hicieron es “algo grave” y de “mal gusto”, pero que tenía como principal finalidad “que los niños aprendieran sobre los peces, pero aceptamos las críticas que nos han llegado. También aseguran que los peces fueron comprados ya muertos en un mercado local y que muchos de ellos no eran aptos para el consumo, algo que ya ha sido puesto en entredicho.
Una muestra artística fallida y desproporcionada que tendrá un final igual de inverosímil. Desde el parque temático han anunciado que la pista de hielo permanecerá cerrada durante un mes hasta que logren descongelar el hielo y recoger todos los animales muertos, los cuales serán velados como “se merecen” a través de una ceremonia funeraria sintoísta que honrará sus almas. Ni tanto, ni tan poco. No hace falta llegar a tal extremo, como también era innecesario matar 5.000 ejemplares para enseñar a los niños cómo viven los peses -que ya no viven-.
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