La incertidumbre que genera en un niño transexual el hecho de no saber a ciencia cierta qué le sucede y por qué no se siente cómodo con su aspecto físico puede provocar un desequilibrio emocional que marcará irremediablemente su personalidad y, por supuesto, también su vida. La infelicidad que produce haber nacido encerrado en un cuerpo que no se siente como propio es una fuente de angustia que Julia Kaye quiere erradicar por completo a través de sus ilustraciones, que narran no solo cómo ha sido su proceso personal de ser un niño a convertirse en una mujer,sino en cómo esta transformación puede ser una oportunidad para encontrar la estabilidad emocional que cualquier persona ansía en su vida.
Sus ilustraciones, en formato cómic, narran sus pasos hasta convertirse en la mujer que ahora es, también por fuera. Esta ilustradora norteamericana quiere convertir su trabajo en una herramienta de ayuda a todas aquellos jóvenes que se encuentran en la misma tesitura en la que ella se hallaba hace no tantos años. Ya el mero hecho de mirarse al espejo y aceptarse es un logro para los transexuales que no han iniciado el cambio, pero también deben aprender a convivir con su nuevo aspecto una vez que han superado el miedo a que la injusta sociedad no acepte su individualidad y sus ganas de sonreír a la vida como desearía cualquier otro.
Su trabajo aún no ha sido lanzado a las librerías, pero será un paso necesario para expandir sus valiosas enseñanzas de vida. Por el momento, esta joven artista de tan solo 28 años ya está haciéndose un hueco en el difícil mundo del arte a través de su perfil de Instagram, donde suele compartir sus nuevas viñetas para complacer a sus más de 104.000 seguidores. El humor es el medio, pero sus historias son claras y honestas, muy reveladoras de cara a aquellos que se han sentido como ella en cualquier momento de su vida, ya se sea transexual o no, ya que los valores que Julia Kaye bien podrían poner fin a cualquier mal del alma.
- Autoretrato de Julia Kaye
- Autoretrato de Julia Kaye
Su trabajo comenzó casi por casualidad. Dibujaba como vía de escape: “Hacerlo es terapéutico. Empecé guardando un tiempo al final del día para reflejar cómo me estaba sintiendo. Y como hacía los cómics para mí, pude ser más honesta de lo que habría sido de otra manera”, confiesa en una entrevista concedida a ‘Mashable’. De ahí decidió compartir su experiencia con el resto, con la ilusión de que sus historias pudiesen ayudar a otros jóvenes en su situación. Y así ha sido, tal y como se refleja del éxito que su trabajo está gozando en las redes sociales.
Así es como ilustra el difícil momento de decirle a sus seres que se es transexual:
O cómo se sentía cuando su DNI no reflejaba su identidad sexual:
Y así el decisivo momento de vestir ropa acorde con tu género por primera vez:
Deja una respuesta