7000 euros por una copa de vino. “Es el precio por zambullirse en la historia”, dice para Malatinta Thomas Cabrol, fundador y propietario junto con su esposa Anne de la vinoteca N5 en Toulouse. La botella de Madeira 1675 iba al borde de un barco que se hundió cerca de las costas holandesas en 1735. La presión y las bajas temperaturas del agua han “salvado” al vino durante más de tres siglos. Una decena de botellas fueron rescatadas en 1982 y tres de ellas salieron a subasta en 2016. El tesoro luce orgulloso en una pequeña “cámara acorazada” encima de la barra. Si alguien quiere llevársela, deberá abonar 100.000 euros, o “solo” 45.000 si se la abren en el bar. Gracias al sistema Coravin que permite extraer el vino sin abrir la botella, el Madeira también se puede pedir por copa.

Pero el real motivo de orgullo para los dueños de N5 Wine Bar está grabado sobre una placa en la entrada: Best Wine Bar in the World 2017. Recibieron el premio el pasado junio por parte de la revista The World of Fine Wine, una de las publicaciones más reconocidas en el mundo del vino. En 2016 N5 ya fue mejor vinoteca en Europa.

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El pequeño bar se encuentra en Rue de la Bourse N5, en la parte medieval de la ciudad y muy cerca del río Garona, uno de los mejores paseos por la ciudad tanto de día, como de noche. El jurado ha valorado la carta de vinos con más de 3.600 referencias de veinte países. 500 vinos se pueden pedir por copa. El interior retro contrasta con la iluminación futurista de las máquinas Enomatic. En ellas están instaladas las 40 botellas por copa que cambian cada día. Al entrar, el cliente recibe su tarjeta electrónica de la que va gastando el presupuesto cargado eligiendo el vino y la cantidad: 1,5, 4,5 o 10cl.

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De la cocina a la vista van saliendo las pequeñas y estilosas tapas con las mejores materias primas – Pata Negra ibérica, burrata italiana, foie gras y quesos franceses, el “huevo trufado N5”. El nombre del bar viene del número en la calle, pero también es un guiño al perfume más legendario de Chanel, nos confiesa Thomas. El cree que el sentido del humor y el buen ambiente son ingredientes imprescindibles en la democratización del vino. Las botellas en las vitrinas están “tuneadas” con rotulador: el vino Partouse (del francés – “trio” u “orgia”) una mezcla de seis cepas locales, está presentado como “Sexy”. El blanco Chateau d’Yquem 2005 es “Le Mythe” no sólo por el precio, 600 euros la botella. En cuanto al Madeira 1675, probablemente iba destinado a la corte en el palacio de Versalles. Y posiblemente, a la mesa del rey Louis XV.

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