Una de las características propias de los países escandinavos es su paisaje natural, verde, montañoso e inconfundible. Es uno de los principales reclamos a nivel turístico en toda Europa. Su orografía deja atónito a aquel que lo visita. Sus lagos, sus bosques, sus fiordos hacen todo lo demás para convertir en una preciosa estampa cada una de las fotos que se toman como recuerdo del lugar. Si a ello se le unen un cielo estrellado, donde se puede contemplar una impresionante y bella aurora boreal, un paisaje nevado y una noche casi eterna en invierno, que se convierte en día continuo en verano, a cualquier curioso le entran ganas de coger la mochila, el billete de avión para poder descubrir sus encantos naturales.