Seguramente, todos los que estéis leyendo esto hayáis comprado alguna vez en algunas de las tiendas del imperio Inditex. ¿Su secreto? Vender ropa low cost a la última moda, acercando las últimas tendencias a todos los mortales. ¿El resultado? Convertirse en uno de los principales distribuidores de moda del mundo, con ocho formatos comerciales y más de 7.000 tiendas en los cinco continentes. Con todo esto, no es de extrañar que más de uno admire a su fundador Amancio Ortega, convertido gracias a este imperio textil en la segunda persona más rica del mundo con una fortuna de más de 60.800 millones de euros. Pero, ¿a costa de qué?, ¿o de cuántos? Y es que, el lado oscuro de Inditex bien podría resumirse en una gran parte de su fabricación basada en el tercer mundo bajo condiciones laborables y costes más que discutibles, beneficios fiscales a nivel mundial y, como no, copias a mansalva al trabajo de diseñadores, artistas e influencers de todo el mundo sin pagar un solo euro por lo “prestado” a los creadores de la idea.
¿La última afectada? La ilustradora norteamericana Tuesday Bassen, quien a través de las redes sociales denunciaba que Zara había plagiado unas cuantas de sus ilustraciones en algunas de sus prendas.
You know what? Sometimes it sucks to be an artist because companies like @zara consistently rip you off and deny it. pic.twitter.com/fs9Cn482XU
— Tuesday Bassen (@tuesdaybassen) 19 de julio de 2016
.@Zara says my designs are «too simple» and a «common design» but they clearly LOVE MY WORK, so PAY ME. pic.twitter.com/mXJGKD124l — Tuesday Bassen (@tuesdaybassen) 19 de julio de 2016
Aunque lo sorprendente de este caso no es que Zara cogiera sus dibujos, sino la respuesta que los representantes de Zara le dieron ante su denuncia –colgada en Instragram-. Y es que, ni cortos ni perezosos le soltaron en toda su cara ante la evidencia de la copia que «poca gente asociaría esos diseños a su nombre«, ya que es una artista independiente y poco conocida y ellos una gran corporación. Además, afirman que los diseños reclamados son modelos gráficos demasiado comunes como para reivindicar sus derechos.
«Rechazamos sus afirmaciones por razones similares a las que ya se han indicado más arriba: la falta de carácter distintivo de los diseños de su cliente hace que sea muy difícil ver cómo una parte significativa de la población mundial sería capaz de asociar esos diseños con los de Tuesday Bassen. Esta es nuestra firme opinión, siendo plenamente consciente de todas las notificaciones que ha traído a nuestra atención (por correo electrónico). En este sentido, debe tenerse presente que la cantidad de avisos son solo un puñado si se tiene en cuenta que millones de usuarios de todo el mundo visitan nuestros sitios web (Zara: 98,000.000 visitas mensuales de promedio el año pasado, Bershka: 15.000.000 visitas mensuales de promedio), las cifras ponen claramente esas pocas notificaciones en perspectiva».
Bassen, conocida por sus divertidos diseños de pins y pegatinas, descubrió las presuntas copias cuando sus de seguidores comenzaron a escribirla para preguntarla si estaba trabajando para ellos. Porque aunque a Zara le suene a chino, marcas como Urban Outfitters, Adidas o Nike sí quisieron pagar a la artista en su día por una colaboración con ella. La artista afirma en su Instagram que «es un asco y muy desalentador tener que usar básicamente todo mi dinero sólo para defender lo que es legalmente mío. Algunos de ustedes están preguntando cómo pueden ayudar. Vuelvan a publicar mis fotos y etiquetas, en Twitter, en Instagram, en Facebook. No quiero pedir dinero a nadie para que tengan que soportar la carga financiera que viene con las demandas.”
Sin duda, un David contra un Goliat acostumbrado a este tipo de denuncias que no será ni el primero ni el último en luchar con él. Porque para qué engañarnos, lo de vender se les da muy bien, pero lo de copiar también lo bordan. Y para muestra un botón.