Son más finas que el grosor de un cabello, encajan dentro del ojo de aguja y caben en la cabeza de un insecto. Así son las nanoesculturas, las esculturas más pequeñas del mundo imposibles de ver al ojo humano creadas por Jonty Hurwitz.
Este peculiar artista científico, residente en Londres, trabaja a caballo entre las fronteras del arte y la ciencia, ayudándose de las matemáticas y de un gran número de algoritmos para dar vida a sus espectaculares trabajos. Sus esculturas miden 80 x 100 x 20 micras, por lo que para verlas hay que usar un microscopio electrónico y están realizadas, según describe el propio artista, «a la misma escala que el esperma que nos crea a todos nosotros.»
Trust, Intensity y Cupid and Psyche: The First Kiss, son las tres micro esculturas creadas en su último trabajo. Y no, no es casual que todas ellas representen poses de dioses evocando a la mitología griega. “Vivimos en una época donde lo imposible ha llegado a pasar. A nuestra manera, nos hemos convertido en semi-dioses de la creación. El arte Contemporáneo, en mi humilde opinión, debe reflejar la condición humana como es hoy en día, representando el estado de la sociedad en el momento de su creación. Pensad que tan sólo 6.000 años atrás estábamos pintando crudas imágenes de animales en las paredes de las cuevas con rocas. Hemos llegado lejos. Estas nanoesculturas son el logro colectivo de toda la humanidad. Es la culminación de miles de años”. Así describe Hurwitz lo que para él ha sido el gran paso en el mundo arte, realizando su pequeño homenaje oculto a todo el que las mira sin ayuda de la tecnología. «El ojo humano es incapaz de ver estas esculturas. La única forma de percibir estos trabajos es sobre la pantalla de un microscopio de electrones con una potente función de escaneado. Así que, ¿cómo podríamos incluso saber si esta escultura existe realmente?«, afirma Hurtwitz. «El desafío es que existen estas obras va más allá de los límites de nuestras capacidades de percepción y, como consecuencia, más allá de los reinos de lo que podemos visualizar.” De esta particular manera el artista se plantea de qué forma existe lo que vemos y lo que no, reflexionando a través de cosas tan simples como un pelo humano, «el espesor de un cabello es algo sobre lo que cada persona ha pensado en algún momento de su infancia.»
- Cupid and Psych
- Cupid and Psych
- Intensity
- Intensity
- Trust
- Trust
Para poder realizar estas esculturas, Jonty Hurwitz ha usado varias técnicas punteras de fotografía e impresión 3D. Primero llenó su sala de trabajo con aproximadamente 250 cámaras de fotos, para poder capturar la figura desde todos los ángulos. Después, toda esa “información” fue llevada al ordenador que maneja la impresora 3D especial con las que realizó las esculturas. Para ello, usó una técnica denominada litografía multifotónica, que utiliza como material un polímero sensible a la luz ultravioleta, que solidifica cuando es irradiado formando un conglomerado, algo similar a lo que usan los dentistas para reparar piezas dentales. La diferencia es que aquí se transmite y se enfoca luz a través del microscopio, lo que provoca que el polímero absorba dos fotones. Esa absorción se lleva a cabo solamente en el punto focal, de esta forma se puede controlar con precisión el endurecimiento del material. Así, al mover la pieza con la ayuda de un ordenador, durante horas y horas, la escultura se monta píxel por píxel y capa por capa.
Como triste final a esta historia las obras no sobrevivieron, ya que según parece hubo problemas en el manejo de las piezas. Por suerte, Hurwitz ha documentado y perdurado sus obras digitalmente, para que sigamos ‘admirando’ su arte oculto al ojo humano.