Convierten sus cicatrices en su bandera, sus desgracias en una excusa para derrochar el más ácido humor negro y sus vicios y errores en el mejor ejemplo de la condición humana. Las comedias de situación no sólo nos brindan la oportunidad de evadirnos durante media hora sino que en ocasiones reflejan los duros momentos de la vida cotidiana desde una nueva perspectiva para lograr empatizar con un espectador que antaño sólo podía contemplar en la televisión las situaciones de familias idealizadas con poco apego a la vida diaria.