El 2020 fue el mejor año para la industria del porno y el erotismo en nuestro país. Como ya os contamos en Malatinta, durante los meses más duros de encierro por el COVID19 España se posicionó como país número uno en consumo de vídeos pornográficos en un 61,1%. Este incremento ha supuesto la apertura a una nueva forma de vida y de negocio dentro del mundo artístico y de la creatividad. El erotismo vende e Instagram lo sabe.
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Tres nombres con relevancia, asentada o incipiente, en el mundo del cine –James Franco, Christian Slater y la estrella Disney, Garret Clayton– y un nuevo proyecto, el porno gay. Quizá los más pudorosos ya se han echado las manos a la cabeza condenando este giro del destino hacia la lujuria y la perversión, como suele ocurrir cuando se habla de este género, pero lo cierto -y lamentando no poder cumplir nuestra sana tendencia a escandalizar a los lectores- es que hablamos de ‘King Cobra’, un thriller dirigido por Justin Kelly y producido por Franco que narra la vida de Sean Lockhart, el actor porno conocido como Brent Corrigan.

Desde hace un tiempo cada vez se escucha más hablar sobre esta práctica sexual, con deciros que durante los últimos años es una de las palabras más rastreadas en los buscadores pornográficos, lo decimos todo. Que si squirting por aquí, que si squirting por allá, que es si es agua, que si es pis… Seguro que muchos ya habéis estado cotilleando en Google e incluso habéis experimentado con ello, ¿eh pillines?
¿Qué es el squirting? Es habitual escuchar que consiste en (la próxima frase puede herir la sensibilidad, tápense los ojos los que no estén preparados para leerlo), la eyaculación de una mujer en la que, literalmente dispara un chorro de líquido a presión a través de su vagina en el momento en el que alcanza el clímax. Pero hoy os vamos a contar unos cuantos cotilleos y mitos en relación al tema en la eyaculación de una mujer.
Lo primero que tenéis que saber, es que ésta práctica -del inglés, lanzar a chorro- no es lo mismo que la la eyaculación femenina.
La eyaculación femenina está relacionada con la excitación y las glándulas de Skene o «próstata femenina», un vestigio evolutivo de la próstata masculina que se encuentra al final de la uretra y que también nos ayuda a lubricar cuando tenemos sexo. Justo por ahí es por donde se eyacula y, en principio, todas tedríamos el potencial para lograrlo; se puede conseguir de diferentes maneras, incluso de la forma más tradicional o mediante la simple estimulación del clítoris (hay estudios que señalan que sólo un pequeño porcentaje de mujeres tiene esta próstata). En esta eyaculación se libera un líquido transparente o blanquecino que puede confundirse con el flujo vaginal, no tiene porqué ser muy abundante pero a veces puede salir «a borbotones» debido a los espasmos que tiene una mujer durante el orgasmo, sobre todo cuando está encima.
Ahora bien, ¿estáis ansiosos por saber qué es en realidad el squirting? ¿Preparados? Pues allá vamos.
Si habéis surfeado por la red es posible que al pensar en esta práctica sexual lo asocieis a una ducha, un paraguas o las mismísimas Cataratas del Niágara. Como ya os adelantábamos consiste en la expulsión en forma de chorro «a presión» de un líquido transparente en grandes cantidades a través de los genitales femeninos pero… ¿Qué es este líquido? Bueno, pues después de muchas idas y venidas, de muchos estudios, los resultados más recientes llegan a la conclusión de que este líquido es en realidad , orina en su gran mayoría acompañado de otros flujos vaginales. Sí, sí, pis de toda la vida (tiene los mismos componentes), sólo que no lo parece porque ni huele ni tiene color.
Esta característica hizo incluso que fuera ‘prohibido’ o vetado en Inglaterra por considerarse una práctica escatológica, violenta o inapropiada como por ejemplo, las estrangulaciones.
El squirting consiste en una placentera relajación muscular que acompañando al orgasmo -¡e incluso a la eyaculación femenina!- puede desencadenar una fuente de placer, nunca mejor dicho. Esta eyaculación a chorro es mucho menos frecuente, muchos estudios afirman que son pocas las mujeres a las que les ocurre de forma involuntaria pero que existen algunas técnicas orientadas a conseguirlo de forma voluntaria. Tiene que ver con la variación de ciertas hormonas y el incremento de líquido en la vejiga como consecuencia; esto, unido a la excitación, la relajación y la contracción muscular durante un orgasmo intenso, hace que se expulse de forma descontrolada.
Los testimonios coinciden en que es terriblemente placentero llevando a la mujer a tocar el mismísimo cielo por el gozo que parece provocar. En su inmensa mayoría parece conseguirse a través de cierto tipo de estimulación o prácticas concretas que os iremos contando (guiño, guiño, codazo, codazo).
En el caso de las películas porno, parece que las actrices además han ingerido grandes cantidades de agua para provocar que sea aún más espectacular, de hecho, muchas parecen entrenar para conseguir dominar la técnica y ampliar el caudal.
¿Qué se esconde detrás de todo esto? ¿Por qué se ha puesto de moda? De alguna forma la necesidad de saber con exactitud que la mujer está alcanzando el placer es lo que está generando tanta expectación en relación al tema; una especie de «recompensa más objetiva» para el amante -véanse bien las comillas-. Las modas tienen lugar en todos los ámbitos y los juegos de cama tampoco se escapan; además del morbo que provoca el tema en sí, siendo tan controvertido que atraviesa todos los estadios según para quien: desde la vergüenza o el asco, al fetiche. En otros muchos casos, parece tratarse casi como una demostración de que se ha llegado a la meta («¡lo he conseguido!»), una hazaña de la que alardear y alimentar así nuestro ego sexual, como si fuera un premio que recogemos al final de la carrera.
Por otro lado, esto puede generar una foco de obsesión y frustración para ambos compañeros sexuales puesto que, al centrarse en conseguir ‘el reto’ -orgasmo, squirting…-, se pierde el objetivo fundamental del sexo: disfrutar del acto sexual en sí. Por eso os invitamos a disfrutar del sexo como más os apetezca, sin agobios, sin restricciones sociales o presiones de algún tipo.
En cualquier caso, dicen los más expertos que hay algunos truquitos para provocarlo… ¿Queréis saber cómo?

Un arcoiris multicolor con un final que consigue hipnotizar a todo aquel que lo ve. Escenas cotidianas e íntimas que con un toque psicodélico nos muestran un mundo en el que el color y la creatividad se funden para mostrarnos el viaje hacia lo bizarro y sensitivo de la manera más sensual inimaginable. Un arcoiris en movimiento que se convierte en el espejo del placer. Así es el trabajo del artista canadiense Phazed.

El cine X como antiguamente se conocía debido a la manera de categorizar las cintas de contenido pornográfico ha sufrido una rápida evolución a lo largo de los años. Desde sus inicios en los años setenta, en los que Madrid contaba con una quincena de salas que proyectaban desde ‘Garganta profunda’ a ‘ Bellas Ninfómanas’, la era de internet provocó que la mayoría echaran el cierre, debido a la facilidad de consumir este tipo de cine desde el sofá de nuestra casa. El pasado 8 de Marzo, el Cine Alba fue el último en poner el cartel de «cerrado» , terminando así con una etapa de la historia de Madrid. Rafael Sánchez, proyeccionista y maestro de ceremonias de la sala, lo resume con picardía: “Por exigencias del guión, hemos recorrido un camino que empezó en Casablanca, pasó por la S de Emmanuelle y ha terminado en la X de Rocco y compañía”.
Ahora, Sánchez encargado de el mítico cine, y en particular de los carteles que anuncian las películas de esta emblemática sala X, llegan a Factoría de Papel, en pleno barrio de Lavapiés, así como en versión online a través de la plataforma de la galería de arte Gunter Gallery, bajo el título ‘CINE ALBA más que una semana de pasión’. Una muestra que nos hace testigos de un espacio desaparecido, huellas de un planeta terminado: la última sala X de la ciudad y el último cine de sesión continua.
Los carteles del Cine Alba que nacieron originalmente como respuesta a la necesidad de anunciar las películas pornográficas sin utilizar imágenes explícitas. De manera totalmente autodidacta y libre de toda influencia artística, Rafael llevó a su máxima expresión la idea de que un cartel funciona como herramienta de reclamo o difusión de un mensaje: a través de sus carteles nos sugiere el mundo singular que acontecía en el hall del cine Alba, una red social peculiar, reunida en torno a una pantalla de alto contenido sexual. Sus carteles, a medio camino entre el cómic y el aliento anarcopop, nos hacen pensar en la necesidad de que existan puntos de vista distintos (maneras de disfrutar diversas) dentro del mismo mundo.
- Rafa Sánchez – © Laura Martínez Lombardía
- Rafa Sánchez – © Laura Martínez Lombardía
- Cartel Cine Alba – © Laura Martínez Lombardía
Durante las últimas dos décadas, Sánchez ha desafiado la normativa que prohíbe la exhibición de material promocional de películas porno con su estilo colorista y naif. Ejecutados en un pequeño cuarto gris y de paredes descascarilladas en la planta de arriba del cine, junto al ambigú, su autor almacena millares de estos carteles, muchos de ellos salvados de la quema en la caldera de carbón que calentaba el cine hasta su reciente cierre. Ahora, y por primera vez, se expone una cuidada selección fuera del pasillo de entrada del cine Alba, otorgando carta de arte a una colección arrebatadoramente singular, cachonda y extravagante, y sirviendo como documento de un espacio que ha escrito la palabra Fin hace escasas semanas.
La exposición se podrá visitar desde mañana hasta el próximo 21 abril en La Factoría de Papel (C/ Buenavista, 8 Bajo).
- Folladoras de Profesión – © Laura Martínez Lombardía
- Perras Viciosas – © Laura Martínez Lombardía
- Bellas Ninfómanas – © Laura Martínez Lombardía
- Ensalada de Colegio Femenino que no falte el Pepino – © Laura Martínez Lombardía
- Viudas Calientes – © Laura Martínez Lombardía
- La Emperatriz del Vicio – © Laura Martínez Lombardía
- Lozanas Delicadas – © Laura Martínez Lombardía
Fotografías por ©Laura Martínez Lombardía