Alfonso Casas (Foto: Lara Mazagatos)

Alfonso Casas (Foto: Lara Mazagatos)

Los ‘amores minúsculos’ son los que aparecen en nuestras vidas sin buscarlos, sin intención de dejar huella ni de enseñarnos grandes lecciones… y terminan quedándose más tiempo del que esperábamos, superando cualquier expectativa propia o ajena. Es justamente lo que ha ocurrido con la obra de teatro que Los Zurdos idearon como una aventura de dos semanas, y ha resultado ser un éxito de crítica y público un año y medio después de su estreno en Nave 74. Tras pasar por el Teatro Lara y después de cosechar innumerables alegrías igualmente inesperadas -candidatura a Mejor Espectáculo Revelación en los pasados Premios MAX– ocupa cartel estas semanas en el Teatro Nuevo Apolo, nada menos.

Tanto es el interés que provocan las inquietudes amorosas de este grupo de casi treintañeros, que los planes de la producción pasan por estrenar en Barcelona, donde transcurre la historia original, creada en formato cómic (Edicions de Ponent) por Alfonso Casas, a quien entrevistamos en Malatinta Magazine hace casi un año. El propio ilustrador nos contaba entonces que Amores Minúsculos era el trabajo que más orgullo y alegrías le había proporcionado hasta la fecha, seguramente sin imaginar que un año después las historias de Nacho, Jaime, Eva, Laura, Carlos y David seguirían provocando emociones de todo tipo en decenas de espectadores cada fin de semana.

Es probable que parte del éxito de las tres pequeñas historias que se cuentan en ‘Amores Minúsculos’ se deba precisamente a la fácil identificación que nos provoca la normalidad, la verosimilitud y las pocas pretensiones con las que sus protagonistas enfrentan sus existencias. Estos jóvenes, desde el poco lustre de sus vidas, son chicos entusiastas e ilusionados que se hacen diariamente propósitos incapaces de llevar a cabo, se engañan a sí mismos (que no a los demás) con testimonios sobre lo que sueñan para sus vidas hasta toparse por accidente con algo que se lo desmonta… (¿te suena?) Se rodean de excusas y discursos autoprotectores como el “estoy muy bien sola”, interpretando papeles prototípicos según lo que creen que el sexo opuesto (o el propio) esperan de ellos, para terminar gustando a quien menos imaginan cuando se relajan y son ellos mismos. Ávidos de respuestas en un mundo tan inseguro y diferente al de una generación criada con expectativas amorosas a base de VHS de Disney, van a descubrir por ellos mismos sus propias historias reales de amor, con mucha menos poesía, pero más verdad que las de Eric y Ariel o Bella y Bestia. Más o menos con las mismas dosis de realidad que respiran las viñetas de Alfonso Casas, cuyos exitosos golpes de sinceridad en las redes están sirviendo de un necesario contrapunto a las tazas de Mr. Wonderful.

Cartel de Amores Minúsculos

Cartel de Amores Minúsculos

A pesar de reflejar una realidad indiscutiblemente veinteañera, es palpable que el boca a boca ha convencido a todo tipo de público de acudir a las salas. La experiencia de ver en escena a los actores de ‘Amores Minúsculos’ hace comprender que sus mensajes llegan a todas las edades por igual. Las carcajadas más sonoras ante el gay intentando hacerse el machote o la contable que se pregunta quién puede querer poner lavadoras entre semana provienen inconfundiblemente de gargantas entradas en años, que empatizan perfectamente con la situación, sin necesidad de tener un perfil en Tinder.

La alternancia semanal de dos elencos consigue, precisamente, una frescura y una adrenalina que se sienten de cerca, a pesar de la majestuosidad del Nuevo Apolo. Destacan en particular el encanto arrollador de Nacho –interpretado por Pelayo Rocal, nuevo fichaje de la producción-, la tierna inseguridad del personaje de Jaime –Pablo Castañón– y la chispa histriónica de Laura –Rebeca Plaza-, sin duda, la favorita del público. La honestidad de los actores llena una producción pequeña pero intensa, en la que no hace falta más atrezzo que el que suele acompañar a esta generación en su vida real: un cuaderno, un móvil, una sudadera del Bershka, unas gafas de pasta, un táper o un croissant. Y los dibujos de Alfonso Casas.

Amores Minúsculos se representa del 22 de noviembre al 7 de diciembre en el Teatro Nuevo Apolo.

Entradas disponibles en: www.entradas.com y www.atrapalo.com

Más información en: www.amoresminusculos.com