Una historia real que puede levantar críticas o heridas a varios niveles. Podrá gustar más o menos en la forma, pero su contenido cuenta verdades como puños, nunca mejor dicho. Eso es lo que nos encontramos cuando asomamos cabeza y corazón por el monólogo de ‘No solo duelen los golpes’ de Pamela Palenciano Jódar.
A través de la ironía y el descaro, consigue, no sólo hacer reír, sino remover cuerpo, alma y corazón. Así quedan las caras al terminar, entre la sonrisa y la lágrima. No es poco habitual ver abrazos en la sala cuando acaban los aplausos, porque cuenta la historia de muchas personas, sobre todo la de muchas mujeres, que no pudieron ponerle palabras.
Este proyecto comenzó siendo una exposición de fotografía, acabó convirtiéndose en taller para la prevención de violencia en institutos, y se ha transformado en un monólogo que está visitando diferentes lugares de España (salas de teatro, asociaciones, universidades…) que puede seguirse en su blog o redes sociales.
Con su discurso da voz a la des-justificación de la violencia y el análisis de parte de los mecanismos sociales que la generan, una deconstrucción de los estereotipos generadores de la desigualdad; todo ello contado en clave de humor, con garra y acento del Sur.
¿Por qué? Porque cuenta lo que sigue ocurriendo en muchos hogares, en muchas esquinas. Porque la violencia no son sólo los moratones, y es necesario visibilizar algo para poder luchar o acabar con ello. Porque como ella dice, la violencia no tiene dos versiones y, sobre todo, porque al final del día, no sólo duelen los golpes, de hecho… Es lo que menos duele.