En un lugar incomparable, el artista chino Ai Weiwei está exponiendo su última creación. Se trata de, nada más y nada menos, que el centro comercial más antiguo de la ciudad de París, inaugurado en el año 1862 y bautizado con el nombre de Le Bon Marché. Bajo la grandiosa cúpula decimonónica del edificio se encuentran instaladas unas dos decenas de esculturas realizadas con una estructura de bambú recubierta de un cuerpo de seda. Todas ellas aparecen iluminadas desde su interior.