LTNTLa segunda jornada de Sitges empezó con una mañana de sentimientos encontrados. Tras el ya habitual madrugón para coger los tickets, nos dirigimos al Auditori para la primera proyección del día: Le Tout Nouveau Testament, que ha resultado ser toda una sorpresa. El belga Jaco van Dormael dirige esta curiosa revisión del Nuevo Testamento, en una cinta que especula virtuosamente y sin ningún tipo de tapujo con la figura de Dios. Un Dios que aquí se representa con toda clase de valores negativos y que cuya figura responde al famoso “¿quién me pone la pierna encima?”, aquí explicado de una manera tan mágica como antológica y la vez simple: una persona bastante malvada poniendo tranquilamente el mundo patas arriba mientras arruina la vida de las personas cómodamente desde el ordenador de su casa. La ironía que inunda toda la película se entremezcla con las desgracias de la vida convirtiendo a la cinta en una adorable comedia que actúa a su vez como crítica social.

“Dios existe. Es mi padre. Se aburría, así que decidió crear Bruselas. Mucho se ha hablado de su hijo, pero poco de su hija. Su hija soy yo. Me llamo Ea y tengo 10 años.” Así es el inicio de Le tout nouveau testament: apoteósico. Como toda su primera parte de metraje en la que acompañamos a Ea en su particular venganza, reconvertida en una lucha por reestablecer el significado de (su) la vida; un viaje lleno de momentos emocionantes y con un toque Amélie que bien merece madrugones o lo que haga falta. Una pena que la película pierda fuelle en su tramo final, demasiado delirante quizás. Le tout nouveau testament representa a Bélgica en la carrera hacia los Oscar y mucho nos tememos que sus manufactura tan sumamente excéntricas y especiales no caerán en saco roto y fraccionarán a la crítica, aunque nada nos gustaría más que equivocarnos. Mención especial para la aparición estelar de JC, el hermano de Ea. Y también para su revolucionaria protagonista, la pequeña Pili Groyne, que tiene película en Sitges por segundo año consecutivo tras Alleluia en 2014.

Y aquí se acabó lo mejor de la mañana. the-giftTras este Requetenuevo Testamento, hemos visto una obra digna de cualquier sobremesa: The Gift. Un telefilm al que hay que reconocerle su buena mano en la dirección, pero que no deja de ser un telefilm al fin y al cabo. The Gift intenta sorprender con algo tan manido como la intrusión del extraño en casa y lo cierto es que el ejercicio de dejar de lado la intrusión como allanamiento, para centrarse en el hecho del intrusismo en el núcleo familiar es lo que le funciona: la desconfianza y los secretos del pasado son las grandes bazas de Joel Edgerton y aunque  los clichés del género esparcidos por toda la cinta acaban aburriendo, sembrar la duda entre la bondad o la maldad de los dos hombres protagonistas le hace un gran favor a la película.

knock_knockY de bondad y maldad, fidelidad y perversión va nuestro siguiente visionado, Knock Knock, de Eli Roth. Ana de Armas y Lorenza Izzo queriendo llegarles ni que fuera a la suela de los zapatos a Michael Pitt y Brady Corbett en Funny Games. La simple comparación ya duele, pero no porque Knock Knock sea una pésima película (y me quedo corta), ni tampoco porque las dos actrices estén bastante regulares en sus papeles psicopáticos, sino porque Keanu Reeves está rematadamente peor que cualquier otra cosa en la película. Es posible que estemos ante la peor interpretación de su carrera. Nos han matado a Neo y han encerrado su cadáver en  una casa llena de mesas de DJ, iPads, bragas de colores y monigotes de cemento.

Y también exclusivamente en una casa sucede la última theinvitationde las películas del segundo día de Sitges, The Invitationun relato dirigido por Karyn Kusama lleno de tensión desde su primera. Una puesta en escena potente y que sorprendentemente recuerda en mucho a Coherence (vista en el festival en 2013) pero que acaba yendo por otros derroteros: la exploración del duelo y el dolor de la pérdida se mezclan aquí con temas más espirituales dando lugar a un thriller más salvaje de lo que cabía esperar.