Toda obra comienza desde la primera chispa con la que surge la idea de llevarla a cabo. Desde ese instante, mil y un bocetos pueden surgir con diferentes añadidos y correcciones hasta que queda totalmente confeccionado. Mantener esa idea primigenia a lo largo de todo un proceso arquitectónico es la clave del éxito del estudio de arquitectura A-cero. Dirigido por los arquitectos Joaquín Torres y Rafael Llamazares, su filosofía es elaborar una obra partiendo de la idea más general hasta definirla en su más mínimo detalle. Y esta es, sin duda alguna, la clave del éxito de esta firma que cuenta con nuevos proyectos para Estados Unidos, Rusia, Emiratos Árabes, Líbano, Arabia Saudí y Europa.
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Su creación más reciente es una casa zigzagueante localizada en la costa mediterránea y bautizada con el nombre de Weave House. Sobre una parcela de 1000 metros cuadrados se levanta una edificación de tres pisos. En la planta baja se localiza el garaje, la cocina y el salón, mientras que en la primera y segunda planta se sitúan las habitaciones, baños y salas de estar.
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La fachada está diseñada en superficies blancas Dupont Corian intercaladas con cristales ahumados. Con ello se busca el contraste y la simplicidad de las formas a través de las líneas que se crean al intercalar estos elementos y que es perceptible con tan sólo echarle un vistazo. La nota de color la pone el diseño de cada uno de los laterales que conforman la fachada, ya que cada una de ellas ha sido concebida de distinta manera buscando el juego de volúmenes a través del uso de diferentes tipos de escalas, medidas y anchura de las líneas. Cabe destacar que el resultado es bastante coherente a pesar de no llegar a ser del todo uniforme.
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El interior también ha sido diseñado por el estudio de arquitectos. El elemento clave es la búsqueda y uso de luz natural en todo el diseño. Para ello se recurre al empleo de grandes ventanales y de su conexión al exterior por medio de porches y terrazas. Incluso la piscina ha sido construida en el tejado para recibir la mayor cantidad de luz natural posible, además de para poder disfrutar de unas vistas inigualables.
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Si en sus inicios son más patentes las influencias de Le Corbusier y Mies van der Rohe, la huella minimalista de Pawson, de José Antonio Ramos o Ignacio Vicens se nota en cada una de sus obras junto con el interés por las formas curvas y las angulaciones de Zaha Hadid. El conjunto así resulta sobrio, elegante, de una gran plasticidad, con un amplio juego de volúmenes y de gran originalidad.
Fotos Marcos Domingo