Actualmente, en todos los ámbitos nos sentimos invadidos por la cantidad de información que nos llegan a través de las redes sociales. En el mundo del arte pasa exactamente lo mismo. La variedad de estilos actuales puede llegar a ser realmente sorprendente. Ya no sólo en cuanto a la recuperación de estilos pasados, si no a la aparición de nuevas interpretaciones a partir de éstos y a la aparición de otros totalmente nuevos. Incluso si uno quisiera poner una habitación de cada estilo le faltarían habitaciones para poder completar la colección.
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El uso de complementos para cubrirse la cabeza se remonta al siglo XVI. a.C., ya que en las pinturas de las tumbas tebanas en Egipto aparecían hombres con ornamentos característicos en la cabeza. Fue en la Grecia del siglo V a.C donde los cazadores usaron por primera vez los sombreros con alas para refugiarse del sol y de la lluvia.
Sin embargo, no fue hasta el siglo XIV, en vísperas del Renacimiento, cuando nacieron los sombreros propiamente dichos. Las formas y materiales de estos variaron mucho entre países, logrando alcanzar gran popularidad en toda Europa, sobre todo aquellos que hechos de fieltro. Además, era este complemento el que permitía diferenciar las distintas clases sociales y rangos culturales. A finales del siglo XVI fueron los turcos los que también empezaron a usar el fieltro característico de sus alfombras para hacer sombreros.
Desde el siglo XVII Francia se convirtió en el centro europeo de la moda, donde empezaron a llevarse las pelucas. Por ello, los sombreros se empezaron a llevar mucho más grandes y con alas más anchas. En 1978, la Revolución Francesa consiguió acabar con las pelucas pero no con los sombreros.
Con la llegada del siglo XIX y el triunfo de la burguesía nacieron nuevos diseños. En Francia se popularizó el de copa y en Inglaterra el bombín. Con la invención de la máquina de coser Singer a mediados de este siglo, el sombrero pasó a convertirse en una industria.
Hoy en día, hemos pasado a relacionar el sombrero con el verano, el sol y la playa… pero esto es tan solo una mala costumbre con la que debemos acabar. Existen de todos los tipos, tamaños, materiales… y, por ello, podemos usarlos en cualquier estación del año.
Además, ya no es solo una cuestión de moda y estilo, sino que este es un complemento para calentarnos la cabeza en el invierno y protegerla del sol durante el verano. Ya hemos hablado otras veces sobre la importancia de protegernos el rostro del sol todos los días del año. El uso del gorro es una buena solución para filtrar el exceso de radiaciones solares tanto en el cutis como en los ojos.
De ahora en adelante, ya no tienes excusa ¡coge tu sombrero y póntelo!

Con la llegada del frío nada mejor que una tarde de sofá, peli y mantita. Si además lo acompañamos de una chimenea la estampa no puede resultar más acogedora. Y es que el fuego tiene algo de hipnótico: su color, su sonido, su chisporroteo y el calor que desprende hace que podamos pasarnos horas mirándolo sin cansarnos. Tipos de chimeneas hay muchos como las de tiro visto o las separadoras de espacios, pero hay una tipología de chimenea especialmente decorativa de la que nos declaramos abiertamente fans: las bellísimas chimeneas de inspiración tradicional sueca.
Este tipo de chimeneas responde originariamente al nombre de Kakelugns y su origen data de alrededor de principios del siglo XVIII, cuando en Rusia y en la Europa escandinava se sufrió un recorte doméstico de madera y las chimeneas existentes se empezaron a mejorar para potenciar la combustión eficiente. Fueron sobre todo los suecos los que desarrollaron el mejor sistema, corriente descendente, contraflujo, al que evolucionaron las chimeneas suecas y finlandesas fundamentalmente.
Las chimeneas suecas suelen tener la apariencia de columna revestida con cerámica coronada por un “capitel” en ocasiones sencillo y en otras con forma de corona al estilo de las tradiciones monárquicas escandinavas. El horno, situado en la zona inferior, suele ser de hierro con dos pequeñas puertas abatibles de latón que se abren o cierran al gusto.
La mayoría de chimeneas suecas suelen ser lisas, sencillas y de color blanco, por lo que quedan ideales en los ambientes de estilo escandinavo, aunque también las hay de color, ornamentadas o con la corona decorada. Suelen colocarse en esquina, aunque también los hay que las centran en una pared o las colocan en el medio del salón para darles protagonismo.
Dado que estas chimeneas transmiten el calor de forma muy sutil, sólo resultan ligeramente calientes al tacto: no hay superficies que quemen o llamas desnudas que puedan causar daños personales. El calor se irradia día y noche con dos simples fuegos por día que se consumen durante hora y media y que mantienen el calor las 24 horas. Al no estar produciendo fuego todo el día, estas chimeneas contaminan mucho menos y resultan mucho más ecológicas que las convencionales de troncos de leña. Además, al funcionar con sólo 2 fuegos al día, se consume mucha menos leña, que además puede mucho más fina que los habituales troncos o basarse en restos que no pueden utilizarse para otros usos, lo que se nota en el bolsillo.
En resumen, una de las opciones más estéticas, prácticas, económicas y ecológicas de tener una chimenea en casa. ¿Verdad que además quedan preciosas?

¿Qué mejor fecha para presentar una nueva colección que la Navidad y aún resacosa celebración del año nuevo?, eso es lo que debieron pensar desde Tommy Hilfiger cuando decidieron presentar su nueva colección ‘Holiday 2015‘ y la campaña de publicidad, ‘Happy Holidays from The Hilfigers’. Una campaña realizada por la fotógrafa en Glen Cove con sede en Nueva York que cuenta con caras conocidas como Julia Hafstrom, Cora Emmanuel, RJ King, Bernard Bouquet o Miles McMillan, además de Nathan Owens o DJ Fulano.