Rafael Álvarez es un ilustrador español con residencia en Berlín, que pese a su edad, ha conseguido lo que muchas jóvenes promesas anhelan: conseguir que sus trabajos se publiquen en los más importantes medios de todo el mundo, desde el New York Times a Playboy.
Con un Máster en Bellas Artes por la School of Visual Arts de Nueva York, combina sus trabajos para medios e importantes compañías con la enseñanza. Su actual trabajo como profesor de ESDIP Berlín le lleva a hacer vida prácticamente en un avión destino Berlín y New York.
El pasado mes de septiembre fue nominado a los prestigiosos Illustrative 13 Berlín, dentro de la categoría Young Illustrators Award, en el que ilustradores, diseñadores y artistas expusieron sus más recientes trabajos. Hoy hablamos con esta joven creador para conocer más a fondo sus opiniones, ideas y proyectos futuros.
Hace ya algún tiempo dejaste España, ¿piensas que como ilustrador las puertas están más cerradas que en otros países?, ¿esto ha podido influir en tus ilustraciones?
Creo que la profesión de Ilustrador se percibe de maneras diferentes según la tradición de cada país y en el nuestro, pese a ser la cuna de Ibañez, Mariscal o El Roto, todavía tienes que explicarle a más de uno que esto es un trabajo como otro cualquiera (solo que mucho mas divertido). Si lo unes a esta mentalidad muy nuestra que ningunea al espíritu emprendedor frente a una nómina, es normal que haya menos oportunidades, frustración y en general menos ganas.
En Estados Unidos, especialmente en Nueva York, el respeto que se tiene al ilustrador desde los tiempos de Norman Rockwell es brutal. Aunque ha llovido mucho y también se cuestiona a veces el futuro de la profesión, no hay comparación. El ilustrador es un artista (puedes usar esa palabra sin ponerte rojo) merecedor del mayor respeto como cualquier otro profesional.
Respecto a la influencia. Creo que algo hay porque a veces me preguntan si vengo de la School of Visual Arts antes de poder decir ni hola.
¿Dinos un adjetivo que te describa a ti y a tu trabajo?
Mi trabajo tiene mucho de contar o sugerir historias…lo que al otro lado del charco resumen en storytelling.
A nivel de estilo, sencillo y gráfico aunque muy comic.
Sobre mi, diría que currante (aunque no es un adjetivo), empecé tarde con la ilustración y le echo muchas horas. Mientras quede café, no me despegan del estudio ni con agua caliente.
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¿Qué sentiste cuando te propusieron trabajar por primera vez para The New York Times?
Ya había coincidido con alguno de sus directores de arte tomando unas cervecitas y teníamos muy buen feeling pero buscaban una línea mas conceptual y abstracta para sus editoriales políticos (Op-Ed). Un día, sin embargo, me llamaron para colaborar en otras secciones y siempre han funcionado fenomenal.
Trabajar para The New York Times tiene un componente emocional grande. No sólo es uno de los periódicos de mayor repercusión mundial, sino que además son un referente en dirección de arte, por lo que de alguna manera es una muesca en el fusil. ¡Todavía me pongo nervioso cuando me llaman!
Puedes presumir de haber ganado, el premio ‘Student Talent Search 2013‘ de la red creativa Behance. Al igual, que hace prácticamente un mes fuiste nominado como mejor ilustrador joven del festival Illustrative de Berlin. ¿Qué se siente al ser reconocido internacionalmente?
Cualquier profesión creativa es una apuesta de riesgo y que alguien (sea en Tokyo o en Cuenca) lo reconozca de manera oficial ayuda muchísimo a sentirse respaldado. Además, es una promoción estupenda. Otra de las grandes ventajas de la ilustración hoy día, es que puedes participar online en competiciones en cualquier rincón del mundo y eso te abre puertas.
En el caso de Behance fue muy especial para mi porque participaban mas de 2000 estudiantes de diseño, arte, tipografía, video, fotografía…había proyectos increíbles y no únicamente dentro del mundillo de la ilustración.
Tus ilustraciones están cargadas de denuncia social como ‘Fresh Disinformation‘ ó ‘The Right Wrench‘. ¿Consideras que como artista es tu deber?
Creo que cada artista tiene una sensibilidad especial hacia ciertos temas y cuando algo te toca la fibra sensible es muy gratificante poder compartirlo y contribuir a concienciar de la mejor manera lo que sabemos. Además cuando te mueve una buena causa, el resultado suele ser mucho mas potente.
En mi caso, el trazo, color y algo de sentido del humor me llevan a trabajar mucho para publicidad, prensa mas ligera, etc. Por eso aprovecho los editoriales mas políticos, cómics o trabajo personal para ese tipo de mensajes.
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Eres profesor en la recién estrenada ESDIP Berlín. ¿Qué piensas de las nuevas generaciones de ilustradores ?, ¿ves diferencias entre los ilustradores berlineses a los españoles?
Como te comentaba antes, la profesión de ilustrador tiene unas raíces e influencias diferentes en cada país. Aunque generalizar siempre es malo, en Estados Unidos se valora mucho la parte conceptual y tener un vocabulario visual propio mas que perfección técnica. En Berlin por ejemplo, el arte entre la gente joven está mucho mas asociado a la transgresión, al street art, a la denuncia social.
En España veo gente mucho mas brillante a nivel técnico pero un poco desanimada por la falta de salidas y la versatilidad mal entendida por el mercado (hoy haces un logo, mañana diseño de personajes, pasado una web).
En ESDIP Berlín, de momento estrenamos un curso de ilustración precisamente no orientado a técnica de dibujo, sino a aprovechar los medios digitales para trabajar mas eficientemente y promocionarse online en nuevas plataformas.
No solo te lanzaste a la animación, sino también a diseñar camisetas y a crear ‘The Hotel Pandemonium’ novela gráfica multi-ending para iPad. En la que cada uno podemos elegir nuestra propia aventura. ¿Cómo surgió la idea?
Intento no cerrar ninguna puerta, eso es lo divertido.
‘Hotel Pandemonium‘ es mi eterno proyecto experimental para mi tésis en la School of Visual Arts de Nueva York. Quería hacer algo diferente y se me ocurrió hacer una app que no fuera ni comic, ni animación, sino algo hecho específico para el formato tablet.
Llevaba tiempo pensando en una historia un poco tétrica y pulp, ambientada en un hotel y aprovechando la clase de ‘Digital Book‘ replicamos de manera básica la estructura de los libros multi-aventura de los 80. Las decisiones que tomas te llevan a diferentes caminos y finales, aunque dentro de una historia lineal.
La aplicación funcionó muy bien y ha sido la responsable de varios premios que me cayeron el año pasado, aunque todavía no está disponible en el app store, ya que sigo dándole chapa y pintura (cambiando Actionscript / AIR por After Effects y una programación mas sólida).
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Has conseguido llegar a lo más alto de la ilustración. ¿Qué crees que te depara el futuro?
Wow!!!. ¡Muchas gracias por el cumplido!, pero de eso nada, ya me gustaría…quedan muchas competiciones en las que participar, revistas con las que todavía no he podido colaborar y proyectos por hacer. Estoy orgulloso de poder vivir de ilustrar, pero lo bueno de esta profesion es que siempre hay una buena excusa para pasarte la noche dibujando.
Como cierre, nos gustaría que pudieras dar un consejo a todos los jóvenes ilustradores que intentan hacerse un hueco en esta difícil industria. ¿Qué les dirías?
Cuando la gente me pregunta por las dificultades de ser artista y freelance, suelo contestar que no todo el mundo puede presumir de levantarse los lunes con ganas de ir a trabajar y le cuesta cerrar el día, 10 horas después.
Está claro que no es un camino fácil, hay que organizarse, ver de qué cosas podemos prescindir, fallar muchas veces y ver en qué areas mejorar para diferenciarnos. Supongo que es un proceso que nunca termina. No todo gira alrededor de la mesa de dibujo y gracias a internet podemos relacionarnos con el mundo sin tener que movernos.
Por lo que hay que ser optimista y buscar oportunidades…con todos sus altibajos para mi éste es sin duda el mejor trabajo del mundo.
Pincha aquí para ver el video de Hotel Pandemonium