Con la llegada de la imagen digital el concepto de color pasó a medirse a través de los llamados píxeles. Un píxel se convertía así en el menor elemento homogéneo de color que combinándose entre sí daba lugar a una imagen. Cambiaba así el concepto artístico del color que se enriquecía con la llegada de los programas informáticos aplicados a la pintura y el diseño. Mucho ha llovido desde entonces y los píxeles forman parte de nuestro día a día, llegando para quedarse.