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¿Qué comprar para Reyes sin morir en el intento?

Poco a poco queda menos para la deseada fecha. El día de reyes está a la vuelta de la esquina y nuestras queridas majestades se acercan cargados de incertidumbre y desesperación. No saber qué regalar, si gustará y cuántas horas tendrás que esperar el día 7 para devolver todos los regalos indeseados, es horrible. Por eso, Malatinta ha decidido traeros las mejores alternativas para quedar bien y evitar las caras de «me encanta, pero…¿Dónde está el ticket regalo?». Si no queréis morir en el intento, leer atentamente lo que os hemos preparado.

¿A quién no le gusta el arte?, es difícil encontrar una persona que nos desprecie una obra, ya sea original o impresa. El formato importa, sí, pero la economía también, por lo que en este artículo podrás encontrar regalos tanto para bolsillos derrochadores, como para los más ahorradores.

Nuestro primer regalo viene de la mano de uno de los ilustradores españoles más famosos en el mundo social media: Ismael Álvarez. El ilustrador ayamontino con residencia en Madrid, nos da la opción de poder regalar desde una ilustración-retrato totalmente personalizada de 50 euros de la manera más tradicional (papel y lápiz), hasta digital y a todo color por 250 euros. Si por el contrario, nuestros bolsillos están resentidos, tenemos la opción de adquirir alguna de sus obras en posters, camisetas, sudaderas, cojines, carcasas para iphone, etc.., todo un despliegue de merchandising creativo que podemos encontrar tanto en su web, como en Society6. Tampoco podemos olvidar a Guiomar González, de la que Malatinta ya se hizo eco, que hace tan solo unos meses nos presentó su trabajo conjunto en ‘Tritón, el niño de mar’ que podemos comprar en librerías por 15 euros.

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Si por el contrario, lo que quieres es tirar la casa por la ventana y quedar mejor que nadie. Tu regalo tiene que ser una obra -original-. La pintora Isabel Álvarez nos da la opción de adquirir alguno de sus cuadros. Unas pinturas en las que la técnica, el color y la búsqueda de nuevas expresiones artísticas quedan patentes, haciendo de cada cuadro algo único. Eso sí, para bolsillos desahogados, ya que sus obras oscilan desde 600 a 1000 euros.

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Apoyar a los artistas jóvenes es uno de nuestros objetivos, por lo que si queréis quedar bien y que no se resienta vuestra economía. El ilustrador y pintor Pablo González, nos da la opción de adquirir una ilustración-retrato totalmente personalizada de la manera más tradicional, por 100 euros. Desi Civera, otra de nuestras artistas más jóvenes y punteras de las salas madrileñas, cuyos trabajos ya se han podido ver en Room Art Fair o Hello Painting Madrid, nos ofrece la oportunidad de poder tener alguno de sus trabajos desde 140 a 160 euros, una forma muy asequible de invertir en el mejor arte.

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La siguiente artista, no podía faltar en este especial. Agnes Cecile es la ‘artista’ actual por excelencia. Italiana y con una técnica de la acuarela inigualable, de la que Malatinta ya os habló, nos ofrece la posibilidad de comprar alguno de sus trabajos, eso sí, para bolsillos más derrochadores. Sus obras se cotizan entre 650 y 500 euros (la más barata), pero no podemos olvidar que estamos adquiriendo una obra de arte original, ninguna de ellas es una copia. Si por el contrario, os encanta Agnes, pero no tenéis ganas de dejaros medio sueldo, podéis comprar alguna de sus obras impresas en su perfil de Deviantart, por un módico precio de entre 36.22 euros a 50 euros (dependiendo de las medidas del póster). Y es que, Deviantart, Inprint o Society6 son toda una cantera de copias de arte impresa que podemos adquirir en multitud de formatos, tanto en póster, lienzo, sudaderas, cojines , etc…Una cantera en la que artistas de la ilustración de la talla de Steve Simpson, Anna Dittmann o del famoso Rafa Álvarez, dejan su nombre y sus obras.

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Si buscas algo único y que deje con la boca abierta (siempre que tengas fondos en la VISA), por qué no intentar sorprender con un retrato realista. El artista sevillano Rubén Belloso nos ofrece en Artelista la opción de comprar retratos a pastel, que oscilan entre los 900 euros a los 14.000 euros, según el tamaño del lienzo y la complejidad del mismo. ¿Qué queremos algo más  original?, pues podemos encontrar desde una máquina de algodón de azúcar, una máquina de hacer palomitas como la de los cines o un cubo de basura con forma de cereza, que no nos costarán más de 40 euros. Unos auriculares en forma de pulsera serán el complemento ideal para una mujer y un regalo de lo más trendy, rondando los 39 euros.

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¿Buscas una manera de no dilapidar tu dinero y te has propuesto ahorrar, aunque sea unas monedillas?. Una hucha cajero es lo que estás buscando, con tarjeta de acceso y pin que permite llevar una contabilizar lo que ahorras y lo que gastas. Serán los 30 euros mejor invertidos de tu vida. ¿Qué eres de los que suele tirar las colillas por el retrete?. Hay un regalo inmejorable: un cenicero con forma de inodoro con agua en la cisterna para que no pierdas las viejas costumbres. Una cómoda manera de apagar los cigarros que no cuesta más de 10 euros.

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Guiomar González, una ‘niña grande’ que ilustra para los más pequeños

Este mes, el fondo de MataTinta Magazine corre a cargo de una de las ilustradoras infantiles más importantes del momento. Una soñadora que no para de luchar por un sueño al que cada vez se acerca más con paso decidido. Su nombre es Guiomar González y su reto, ilustrar para los más pequeños.

Graduada en ilustración y con un amplia formación en el mundo publicitario, gracias a sus continuas incursiones como colorista. Guiomar hoy nos habla de su último trabajo Tritón, el niño de mar (Palabras de Agua), que ya está a punto de ir por su segunda edición y que el cual ha presentado recientemente en Madrid y Barcelona. Nos contará lo que supone para ella ser ilustradora y nos hablará de sus futuros proyectos. Una ilustradora tradicional que sabe y conoce a la perfección lo que se mueve tras los pinceles.

Nos encantaría conocer en qué momento se enciende la bombilla y te das cuenta que realmente quieres orientar tu carrera profesional al mundo de la ilustración.

Pues creo que cuando tenía 5 años (risas), aunque a esa edad poco sabes lo que significa la palabra ‘profesión’. En el cole me pasaba muchos recreos (y horas de clase), haciendo dibujos que me pedían mis compañeros. En casa me inventaba historias, garabatos y dioramas con los que luego jugaba. Así que creo que siempre ha sido algo hacia lo que mi vida ha estado enfocada.

Como nos has contado, empezaste Bellas Artes, pero más tarde te diste cuenta que lo tuyo era la ilustración ¿Crees que la universidad se ha quedado desfasada? ¿Qué buscabas en ella que no encontraste finalmente?

No lo sé, otros podrán juzgar eso mejor que yo. A fin de cuentas estuve dos años y hace mucho tiempo… El problema es que en aquel momento no tenía mucha idea del resto de opciones que tenía. Cuando estudiaba en el instituto no había Bachillerato Artístico, así que con formación prácticamente nula en artes y poco conocimiento del sector, no se me ocurrió otra cosa que la facultad. Y bueno, resultó no ser para mí. A día de hoy las universidades que forman en Bellas Artes no suelen tener una amplia formación en ilustración, por lo que para poderte formar más a fondo en ella tienes que matricularte en escuelas privadas.

¿Cuál crees que es el problema con el que cuenta la ilustración por el que no se le da la importancia que realmente tiene?

Pues no sabría qué contestar a eso. Más allá de que pueda ser un problema cultural, creo que debería de haber algo más de variedad en estudios artísticos universitarios, como hay en otros países, carreras dedicadas a ilustración, animación, etc.

Participaste en bastantes trabajos como colorista dentro del mundo de la publicidad. ¿Qué podrías destacar de esta etapa? ¿Tuviste la suficiente independencia creativa como para poder desarrollarte profesionalmente?

Bueno, cuando trabajas de colorista no tienes muchas posibilidades, aunque sí que intentas incorporar algo de tu cosecha, aportar algún detalle nuevo. Y esto está bien, te obliga a aprender cosas nuevas o que no estás acostumbrado a hacer y a veces a aprenderlas muy rápido. Gracias a ello he aprendido, al menos, una cosa nueva con cada proyecto, ya fuera publicitario, editorial, encargos personales o cualquier otra cosa fuera de la ilustración infantil.

Tus trabajos se caracterizan por un tipo de ilustración tradicional trabajada mediante diferentes sketches y pintada con acrílico para más tarde ser escaneada. Si pudieras poner en una balanza ilustración tradicional y digital, ¿por cuál te decantarías?

Depende del trabajo, claro. Para el tipo de proyectos que he comentado antes, la ilustración digital. Pero para mí y para la ilustración infantil me quedo, sin lugar a dudas, con lo tradicional. Para los libros infantiles creo que da una sensación más cálida, más cercana… es como si pudiéramos palpar la ilustración, no sé si me explico, los detalles de los trazos y los materiales. Es lo que a mí siempre me gustó como lectora.

Tras pasar por el mundo de la publicidad, decidiste que era el momento de centrarte en la ilustración infantil. Participaste en la serie Ilusionaria, ilustrando  el cuento El duende Kukulikú, con el objetivo de recaudar fondos para la asociación Matrioshka-Fons Mellaria para ayudar a niños afectado por el desastre de Chernóbil. Le siguieron ¿Dónde está mi caparazón? de Dolmen Editorial y Mudita de Kelonia Editorial, publicados en 2012, también con fines benéficos, ¿Cómo surgieron estos proyectos? ¿Sentiste la obligación de dar lo máximo de ti?

Pues surgieron a través de amigos comunes. Una amiga escritora con la que tenía otro proyecto en común me comentó que iba a participar escribiendo un cuento y me propuso participar ilustrándolo. Sabiendo que iba a servir para ayudar a niños víctimas de Chernóbil, ni me lo pensé. Ya he participado en tres ediciones, cada una enfocada a un proyecto benéfico distinto. Con cada libro intento dar lo máximo posible, pero estos cuentos sí que iban con especial cariño. Es muy gratificante pensar que con tu trabajo vas a ayudar a cambiar, aunque sea un poquito, la vida de otro ser humano y más de esos niños que tanto lo necesitan. Puede que tus libros gusten, emocionen… eso es maravilloso; pero, como en este caso, que alguien se acerque y te agradezca ese trabajo, es algo muy distinto.

Ahora estás totalmente centrada en la ilustración infantil. ¿Si tuvieras que reflexionar el por qué decidiste dirigir tu carrera profesional a los más pequeños de la casa que destacarías?

Pues en primer lugar, porque siempre me han encantado los cuentos y segundo, porque me parece que tiene muchísimas posibilidades. No sólo en cuanto a la técnica (que me gusta variar de un cuento a otro), si no a que puedes contar historias profundas, banales, tristes, locas, alegres… transmitir un montón de cosas de una manera creativa y bonita, a la vez que sencilla y simbólica.

En septiembre salió a la venta Tritón, el niño de mar (Palabras de Agua) que a día de hoy está siendo un éxito de ventas. Un cuento que era presentado bajo el eslogan «si deseas algo con mucha fuerza, puede hacerse realidad». Nosotros desde MalaTinta nos lanzamos a preguntarte: ¿Has conseguido hacer realidad tus sueños?

Uf, aún queda mucho camino por recorrer, pero el hecho de haber encontrado el camino es la mitad del proceso. Lo demás es trabajo y tiempo… ¡eso bien lo sabe Tritón!. Aún así he de decir que terminar el año con dos libros publicados, el primero de ellos, precisamente Tritón – el niño de mar, con una muy posible segunda edición, es algo que hace un año ni podía imaginar. Así que las metas a corto plazo se van cumpliendo, sí.

Háblanos de tus próximos proyectos. Nos has contado que entre ellos hay un cuento para iPad, ¿crees que el futuro está ahí?

Pues lo próximo es un cuento de Navidad que está a puntito de salir. Se llama Pino-Palo (Cuadernos de Sildavia). Es una historia un poco atípica dentro del contexto navideño.

Para el año que viene estoy preparando varios álbumes ilustrados, uno de ellos posiblemente de nuevo con Pepa Mayo y Palabras de Agua, además de otro que estoy a punto de terminar con mi hermano. De todo ello y alguna cosa más que se está gestando por ahí os iré informando en mi blog.

El cuento para iPad es algo que se me ocurrió hace poco, es un cuentito en verso que lleva mucho tiempo en el tintero y dado que es un cuento cortito, a su autora y a mí nos pareció buena idea hacerlo para iPad en vez de en papel. Espero que en pocos meses vea también la luz. Siempre creo que es bueno probar otros formatos, soportes… cuanto más sepas hacer, mejor. Pero personalmente siguen preocupándome más las buenas ideas y las cosas bien hechas que creo que siempre tienen futuro, en lugar del medio en el que se lleven a cabo. Creo que todos los formatos pueden convivir.

Para cerrar esta entrevista nos encantaría que todo el mundo supiera qué te reporta a ti la ilustración y por qué no cambiarías de profesión jamás.

Pues, aparte de ser algo divertido como ya dije antes, es algo que hace que esté continuamente aprendiendo y descubriendo cosas de mí y de lo que me rodea. Dar vida a personajes, a su mundo, transmitir sus emociones, hacer todo eso visible es algo muy estimulante y todo un reto en cada libro. Es como jugar a un juego nuevo cada vez… ¿quién no querría dedicarse a algo así?

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