«Faros es una isla de forma oblonga… y cuenta con una torre admirablemente construida en piedra blanca«. Estrabón escribía así a cerca de una de las Siete Maravillas del Mundo cuando presenció su imponente perfil desde la isla egipcia con la que empieza su relato. El mítico faro de Alejandría se construyó en piedra blanca, probablemente caliza del lugar y no mármol como muchos autores han defendido. Se dice que su construcción duró unos quince años y que la obra costó unos ochocientos talentos. Esta obra de la ingeniería helenística estuvo en pie hasta que en el siglo XII sufrió un fuerte terremoto, causando graves daños en su estructura que se vieron agravados por otro temblor de tierra de fuerte magnitud, ocurrido en el siglo XIV, que la desmoronó por completo. En su lugar y utilizando la piedra que quedaba de esta construcción se edificó la fortaleza de Qaytbay.