Desde hace un tiempo cada vez se escucha más hablar sobre esta práctica sexual, con deciros que durante los últimos años es una de las palabras más rastreadas en los buscadores pornográficos, lo decimos todo. Que si squirting por aquí, que si squirting por allá, que es si es agua, que si es pis… Seguro que muchos ya habéis estado cotilleando en Google e incluso habéis experimentado con ello, ¿eh pillines?
¿Qué es el squirting? Es habitual escuchar que consiste en (la próxima frase puede herir la sensibilidad, tápense los ojos los que no estén preparados para leerlo), la eyaculación de una mujer en la que, literalmente dispara un chorro de líquido a presión a través de su vagina en el momento en el que alcanza el clímax. Pero hoy os vamos a contar unos cuantos cotilleos y mitos en relación al tema en la eyaculación de una mujer.
Lo primero que tenéis que saber, es que ésta práctica -del inglés, lanzar a chorro- no es lo mismo que la la eyaculación femenina.
La eyaculación femenina está relacionada con la excitación y las glándulas de Skene o «próstata femenina», un vestigio evolutivo de la próstata masculina que se encuentra al final de la uretra y que también nos ayuda a lubricar cuando tenemos sexo. Justo por ahí es por donde se eyacula y, en principio, todas tedríamos el potencial para lograrlo; se puede conseguir de diferentes maneras, incluso de la forma más tradicional o mediante la simple estimulación del clítoris (hay estudios que señalan que sólo un pequeño porcentaje de mujeres tiene esta próstata). En esta eyaculación se libera un líquido transparente o blanquecino que puede confundirse con el flujo vaginal, no tiene porqué ser muy abundante pero a veces puede salir «a borbotones» debido a los espasmos que tiene una mujer durante el orgasmo, sobre todo cuando está encima.
Ahora bien, ¿estáis ansiosos por saber qué es en realidad el squirting? ¿Preparados? Pues allá vamos.
Si habéis surfeado por la red es posible que al pensar en esta práctica sexual lo asocieis a una ducha, un paraguas o las mismísimas Cataratas del Niágara. Como ya os adelantábamos consiste en la expulsión en forma de chorro «a presión» de un líquido transparente en grandes cantidades a través de los genitales femeninos pero… ¿Qué es este líquido? Bueno, pues después de muchas idas y venidas, de muchos estudios, los resultados más recientes llegan a la conclusión de que este líquido es en realidad , orina en su gran mayoría acompañado de otros flujos vaginales. Sí, sí, pis de toda la vida (tiene los mismos componentes), sólo que no lo parece porque ni huele ni tiene color.
Esta característica hizo incluso que fuera ‘prohibido’ o vetado en Inglaterra por considerarse una práctica escatológica, violenta o inapropiada como por ejemplo, las estrangulaciones.
El squirting consiste en una placentera relajación muscular que acompañando al orgasmo -¡e incluso a la eyaculación femenina!- puede desencadenar una fuente de placer, nunca mejor dicho. Esta eyaculación a chorro es mucho menos frecuente, muchos estudios afirman que son pocas las mujeres a las que les ocurre de forma involuntaria pero que existen algunas técnicas orientadas a conseguirlo de forma voluntaria. Tiene que ver con la variación de ciertas hormonas y el incremento de líquido en la vejiga como consecuencia; esto, unido a la excitación, la relajación y la contracción muscular durante un orgasmo intenso, hace que se expulse de forma descontrolada.
Los testimonios coinciden en que es terriblemente placentero llevando a la mujer a tocar el mismísimo cielo por el gozo que parece provocar. En su inmensa mayoría parece conseguirse a través de cierto tipo de estimulación o prácticas concretas que os iremos contando (guiño, guiño, codazo, codazo).
En el caso de las películas porno, parece que las actrices además han ingerido grandes cantidades de agua para provocar que sea aún más espectacular, de hecho, muchas parecen entrenar para conseguir dominar la técnica y ampliar el caudal.
¿Qué se esconde detrás de todo esto? ¿Por qué se ha puesto de moda? De alguna forma la necesidad de saber con exactitud que la mujer está alcanzando el placer es lo que está generando tanta expectación en relación al tema; una especie de «recompensa más objetiva» para el amante -véanse bien las comillas-. Las modas tienen lugar en todos los ámbitos y los juegos de cama tampoco se escapan; además del morbo que provoca el tema en sí, siendo tan controvertido que atraviesa todos los estadios según para quien: desde la vergüenza o el asco, al fetiche. En otros muchos casos, parece tratarse casi como una demostración de que se ha llegado a la meta («¡lo he conseguido!»), una hazaña de la que alardear y alimentar así nuestro ego sexual, como si fuera un premio que recogemos al final de la carrera.
Por otro lado, esto puede generar una foco de obsesión y frustración para ambos compañeros sexuales puesto que, al centrarse en conseguir ‘el reto’ -orgasmo, squirting…-, se pierde el objetivo fundamental del sexo: disfrutar del acto sexual en sí. Por eso os invitamos a disfrutar del sexo como más os apetezca, sin agobios, sin restricciones sociales o presiones de algún tipo.
En cualquier caso, dicen los más expertos que hay algunos truquitos para provocarlo… ¿Queréis saber cómo?