Madrid cuenta con multitud de espacios en desuso con una belleza y un diseño arquitectónico único, hecho que ha servido para que el fotógrafo catalán Óscar Carrasco retrate un realidad olvidada en Madrid off.  Inmuebles desconocidos, rincones inexplorados, paisajes periféricos. Una arquitectura que, a pesar de la «modernidad» que pudo suponer en su tiempo (como, por ejemplo, la sala Cisne Negro) a pesar de ser un símbolo de la industrialización de la ciudad (como la Fábrica Gal o el Mercado de Legazpi, entre otros), desapareció de la vista, pasó a formar parte de lo prescindible, se fue marchitando poco a poco, convirtiéndose en ruinas debido a su falta de uso o como reflejo de un mundo ya caduco.

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Óscar Carrasco retrata edificaciones de todos los estilos, estructuras, finalidades y tiempos -desde la época medieval hasta el siglo XXI-. El origen de esta exposición se encuentra en esos viajes de reconocimiento, en esas excursiones por zonas olvidadas de la comunidad de Madrid, que llevaron al fotógrafo a emprender una especie de registro toponímico de los espacios. Edificaciones que observaban cómo todo cambiaba a su alrededor, cayendo en la dejadez. Olvidadas.

Carrasco se fija en la luz y en la atmósfera, remarcando con una fotografía que potencia también el detalle, la superficie de cada partícula, de cada desconchón, el polvo que flota en el aire. Cada imagen es además una pregunta, una interpretación. Como si se entrara en una cápsula de tiempo, al observar de cerca estas fotografías, invade en el espectador una sensación extraña de alejamiento de la realidad. Una fotografía que inspira profundidad y pena por el recuerdo e ilusión de realidades ciegas.

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Una exposición de 24 fotografías que muestran el olvido, una topografía formada por diferentes tipologías arquitectónicas. Una única ruina contemporánea, un reflejo de lo que fue y no será.