A caballo entre las elecciones inglesas y francesas, el polémico grafitero Banksy ha decidido pronunciarse sobre el Brexit con un mural muy llamativo en la ciudad inglesa de Dover.
Toda acción tiene su reacción y como siempre, sus obras no dejan indiferente. Una vez confesada la autoría por representante del misterioso ninja del arte urbano, se ha expandido por la comunidad web de forma viral, al igual que ya ocurrió con una de sus últimas hazañas.
Con motivo de la nueva edición del festival PHotoEspaña el CentroCentro de la Plaza de Cibeles organiza junto a los colaboradores Nederlands Fotomuseum, Bozar Brussels y Museum of Photography Thessaloniki y la Embajada de los Países Bajos la exposición Rostros. Fotografía Europea de Retrato desde 1990.En ella más de 30 artistas nos muestran la evolución de los rostros de la sociedad europea en diferentes lugares del continente desde la caída del Telón de Acero.
Sin duda más de dos décadas convulsas y de profundo cambio y evolución retratadas en imágenes desprovistas de artificio alguno donde el verdadero protagonista es el individuo. Imágenes desnudas que pretenden crear empatía con el espectador acercando la confrontación con uno mismo como si de un espejo se tratara.
Los fotógrafos que participan en la muestra son:Tina Barney, Sergey Bratkov, Koos Breukel, Michael Clegg & Martin Guttmann, Anton Corbijn, Christian Courreges, Luc Delahaye, Paola De Pietri, Rineke Dijkstra, Denis Drazacq, Alberto García‑Alix, Jitka Hanzlová, Konstantinos Ignatiadis, Stratos Kalafatis, Nikos Markou, Boris Mikhailov, Jorge Molder, Lucia Nimcova, Adam Pańczuk, Dita Pepe, Anders Petersen, Jorma Puranen, Thomas Ruff, Clare Strand, Beat Streuli, Thomas Struth, Juergen Teller, Hellen van Meene, Stephan Vanfleteren, Ari Versluis & Ellie Uyttenbroek y Manfred Willmann.
Rostros. Fotografía Europea de Retrato desde 1990estará en el CentroCentro hasta el 28 de agosto. Entrada gratuita.
Por fin llegó la primavera y con el comienzo del equinoccio se da el pistoletazo de salida a la temporada anual de festivales de música, algo por lo que llevamos esperando todo el año. Si eres de aquellos que pretende, con valentía, realizar un tour completo por aquellas citas ineludibles pero con la amargura de saber que otro año más no podrás asistir al Coachella, Glastonbury o Tomorrowland –cosa que por otra parte parece una quimera- ya que agotaron sus abonos en cuestión de horas como viene siendo habitual, te presentamos una selección de algunos de los festivales más importantes y curiosos de Europa, donde se dan cabida a numerosos estilos. Hay vida más allá de los Pirineos y aquí te lo mostramos.
EXIT FESTIVAL
Dónde: Petrovaradin, Serbia. Festival para los amantes de las bacanales techno y raves más sucias. Mezcla estilos desde el hardcore al punk, pasando por la electrónica de masas o el drum n’ bass y todo el abanico de posibilidades que puedan rodear a esta gran paleta sonora con nombres como Dave Clarke, Nina Kraviz, Bastille o Marco Carola. Eso sí, si estás dispuesto a pasarte por el Exit recuerda que es casi obligación no dormir.
Fechas: del 11 al 16 de julio.
Precio: 149 euros abono + camping + transporte al aeropuerto.
OPEN’ER
Dónde: Gdynia, Polonia, en la costa norte del país. Artistas del nivel de Paul Kalkbrenner, Foals, Bastille, Florence + The Machine o Sigur Rós conforman el grueso de un cartel apetitoso cuya relación calidad-precio es inmejorable.
Fechas: del 29 al 2 de julio.
Precio: 125 euros abono y camping.
MELT!
Dónde: Gräfenhainichen, Ferropolis, Alemania. Localidad situada a una hora y media en tren al sur de Berlín. El Melt! se ha ganado un lugar entre los mejores festivales de electrónica en Europa dado su eclecticismo ya que en él se dan cabida a numerosos estilos: desde la cumbia y tropicalismo de los colombianos Bomba Estéreo, al ruidismo rock de Boris, pasando por la electrónica de Boys Noize, la perfección electro-free-jazz de Floating Points, y nombres como el de Jaime XX, Jean Michel Jarre, Maceo Plex, Andy Stott, Vessels o Two Door Cinema Club.
Fechas: del 15 al 17 de julio.
Precio: 136 euros el ticket para los 3 días.
FUSION FESTIVAL
Dónde: el festival se celebra en una antigua base aérea rusa al norte de Alemania, concretamente en la ciudad de Neustrelitz. El programa del festival cubre eventos de tipo desde música a teatro, performance, cine y arte. La cobertura mediática es prácticamente nula dada la relación ambivalente de los organizadores con la prensa ya que mantiene un espíritu comunista. ¿Lo mejor? Ir a descubrirlo por ti mismo.
Fechas: del 29 de junio al 3 de julio.
Precio: 125 euros.
ROSKILDE
Dónde: La localidad danesa de Roskilde celebra al sur del país y desde 1971 el mayor festival de música al norte del continente. Desde el rock a la electrónica apenas faltan nombres dentro de la actualidad musical: LCD Soundsystem, New Orden, Neil Young, Macklemore & Ryan Lewis o Red Hot Chili Peppers son algunos de los nombres que encabezan una larga lista de artistas.
Fechas: 25 de junio al 2 de julio.
Precio: 270 euros el abono completo.
T IN THE PARK
Dónde: tiene lugar en el Castillo de Strathallan en Perthsire, Escocia. Se celebra simultáneamente con el Oxegen Festival en Irlanda. Apuesta por los sonidos que triunfan en las islas británicas como The Stone Roses, Calvin Harris, The Courteeners, Disclosure, Major Lazer o Faithless entre muchos otros. ¿A favor? El precioso emplazamiento en el que está situado… a pesar de la lluvia.
Fechas: del 8 al 10 de julio.
Precio: Desde 245 euros con camping incluido.
OUTLOOK FESTIVAL
Dónde: Fort Punta Christo, Croacia. El mayor festival de música Bass y Soundsytem de toda Europa: reggae, jazz, hip-hop, r n’b, música del mundo. Sonidos con buenas vibraciones en la costa de Croacia. Nombres como Damien Marley, Noisia, Kode9 o El-B forman parte de un cartel interminable.
Fechas: 31 de agosto a 4 de septiembre.
Precio: 175 euros.
ROCK WERCHTER
Dónde: también en Europa central, pero esta vez en Bélgica. Como casi todos los grandes festivales el Rock Werchter aúna grandes cabezas de cartel como Paul McCartney, New Order o Ellie Goulding junto con grupos locales y minoritarios. También posee camping así que si no conoces el centro de Europa esta es una excelente ocasión para hacer el viaje que siempre has deseado.
Fechas: del 30 de junio al 3 de julio.
Precio: 236 euros por abono completo, incluyendo camping.
SZIGET
Dónde: isla de Óbuda a orillas del Danubio en Budapest, Hungría. Otro de los festivales multitudinarios que inundan la programación estival. Con una larga trayectoria el Sziget se caracteriza por el amplio abanico de estilos que presenta y en los que es habitual ver a los vallecanos Ska-P junto a artistas nacionales como Buika o Malasañers y grandes figuras como Rihanna, Sia, Muse, David Guetta e incluso Manu Chao, otro habitual.
Fechas: 10 al 17 de agosto.
Precio: diferentes precios para diferentes packs, el abono para la semana completa con camping incluido cuesta 249 euros.
GREEN MAN FESTIVAL
Dónde: Brecon Beacons, Gales. Otro de los infinitos festivales que inundan las islas. Éste, aunque no difiere mucho en su paleta de estilos –indie, rock, folk- con Belle and Sebastian, Wild Beasts, Warpaint, Battles, Jagwar Ma o Suuns entre algunos de los artistas del cartel, se caracteriza por su total compromiso con el medioambiente siendo 100% sostenible. Las bellas praderas galesas hacen el resto.
Fechas: 18 al 21 de agosto.
Precio: diferentes tarifas para estudiantes y residentes. Para españolitos de a pie se queda en 220 euros incluyendo parking para coches y camping.
VILLETTE SONIQUE
Dónde: Parc de la Villette, París. Otro festival ecléctico que aúna distintas disciplinas artísticas entre ellas la música y el arte. Electrónica, rock, pop, jazz y un largo etcétera de estilos se dan cabida en la capital francesa. Kamasi Washington, Beak>, Not Waving, Protomartyr, Tortoise o Zebra Katz son algunos de los artistas confirmados.
Fechas: 27 de mayo al 1 de junio.
Precio: distintos precios para cada uno de los conciertos. Entre 12 y 30 euros.
READING AND LEEDS FESTIVAL
Dónde: las ciudades británicas de Reading y Leeds. El festival comparte cartel y se celebra simultáneamente en ambas ciudades en el mismo fin de semana. Suele compararse con su hermanísimo mayor, el festival de Glastonbury, dada su capacidad de aforo y las similitudes de sus programaciones. Este año encabezan el cartel Foals, Red Hot Chili Peppers, Biffy Clyro, Die Antwoord, Disclosure, Jack Ü e imagine Dragons, entre muchos otros.
Fechas: del 26 al 28 de agosto.
Precio: 270 euros el abono de 3 días con camping.
LOLLAPALOOZA BERLIN
Dónde:aeropuerto de Tempelhof en Berlín. El festival americano desembarca en Europa tras su expansión por Sudamérica con sus franquicias en Brasil, Chile y Argentina. No tiene nada que envidiar a su versión primigenia, la de Chicago, ya que reúne a grandes nombres como Kings of Leon, Radiohead, Paul Kalkbenner, James Blake, Major Lazer, New Order o Years & Years.
Fechas: 10 y 11 de septiembre.
Precio: Desde 119 euros.
PAREDES DE COURA
Dónde: la pequeña localidad de Paredes de Coura en Portugal se sitúa a escasos 60 km de Vigo, en la frontera que le separa con nuestro país. El festival se ha asentado como referente indie con una programación que estila mucha clase. Nombres como Unkonwn Mortal Orchestra, King Gizzard & The Lizard Wizard, LCD Soundsystem, Sleaford Mods, Thee Oh Sees entre otros forman el cartel de esta edición. A favor tiene el bello emplazamiento en el que está situado donde un manso lago preside el camping haciendo las delicias de los asistentes.
Fechas: del 17 al 20 de agosto.
Precio: abono completo por 90 euros.
MEADOWS IN THE MOUNTAINS
Dónde: Montañas Ródope, Bulgaria. Un emplazamiento único para homenajear a la cultura de club donde unen fuerzas el Dance, House, Jazz, Funk y la electrónica en general. Cartel variado para una fiesta espectacular bajo las estrellas del cielo al este de Europa.
El uso de complementos para cubrirse la cabeza se remonta al siglo XVI. a.C., ya que en las pinturas de las tumbas tebanas en Egipto aparecían hombres con ornamentos característicos en la cabeza. Fue en la Grecia del siglo V a.C donde los cazadores usaron por primera vez los sombreros con alas para refugiarse del sol y de la lluvia.
Sin embargo, no fue hasta el siglo XIV, en vísperas del Renacimiento, cuando nacieron los sombreros propiamente dichos. Las formas y materiales de estos variaron mucho entre países, logrando alcanzar gran popularidad en toda Europa, sobre todo aquellos que hechos de fieltro. Además, era este complemento el que permitía diferenciar las distintas clases sociales y rangos culturales. A finales del siglo XVI fueron los turcos los que también empezaron a usar el fieltro característico de sus alfombras para hacer sombreros.
Desde el siglo XVII Francia se convirtió en el centro europeo de la moda, donde empezaron a llevarse las pelucas. Por ello, los sombreros se empezaron a llevar mucho más grandes y con alas más anchas. En 1978, la Revolución Francesa consiguió acabar con las pelucas pero no con los sombreros.
Con la llegada del siglo XIX y el triunfo de la burguesía nacieron nuevos diseños. En Francia se popularizó el de copa y en Inglaterra el bombín. Con la invención de la máquina de coser Singer a mediados de este siglo, el sombrero pasó a convertirse en una industria.
Hoy en día, hemos pasado a relacionar el sombrero con el verano, el sol y la playa… pero esto es tan solo una mala costumbre con la que debemos acabar. Existen de todos los tipos, tamaños, materiales… y, por ello, podemos usarlos en cualquier estación del año.
Además, ya no es solo una cuestión de moda y estilo, sino que este es un complemento para calentarnos la cabeza en el invierno y protegerla del sol durante el verano. Ya hemos hablado otras veces sobre la importancia de protegernos el rostro del sol todos los días del año. El uso del gorro es una buena solución para filtrar el exceso de radiaciones solares tanto en el cutis como en los ojos.
De ahora en adelante, ya no tienes excusa ¡coge tu sombrero y póntelo!
Cuando hablamos de audiencias a nivel de Europa, la noche de Eurovisión marca la diferencia. El concurso, ha conseguido convertirse a lo largo de los años en un momento de encuentro familiar o de amigos, que se reúnen simplemente para disfrutar de la noche en que Europa se bate en duelo a golpe de canciones.
Pero seamos francos: ¿cuántos vemos Eurovisión con esperanza de encontrar auténticos temazos de la música? Y ahora bien: ¿cuántos lo vemos para pasar un buen rato admirando la de bizarradas que se pueden llegar a hacer encima de un escenario? Seguro que gana por goleada la segunda pregunta, y una de las cosas más destacables de Eurovisión han sido, desde siempre, los estilismos de los cantantes.
Y es que el vestuario es el factor sorpresa con el que juegan los artistas para encandilar al público y asegurarse sus votos. Los estilismos marcan la diferencia y son, como poco, lo que puede llevar a un artista a cantar victoria en el concurso. Nunca mejor dicho. Todos recordamos a la pasada ganadora Conchita Wurst enfundada en su largo y apretadísimo vestido. Pero no solo de novedades va la cosa: todos recordamos en nuestro imaginario a Salomé, con su vestido celeste en la edición eurovisiva del 69, o la vestimenta del grupo ABBA, que además de llenar el escenario con su “Waterloo”, lo hizo con el colorido de sus trajes.
Eurovisión se ha convertido en un concurso en el que hace falta mucho más que cantar para ganar. ¿Estáis ya preparados para este sábado?Stylight nos lo pone fácil con su infografía del vestuario de algunos de los años del concurso. Para ir abriendo boca de cara a mañana… que con Eurovisión, nunca se sabe.
Atención a todos los lectores. Se prohíbe terminantemente leer este artículo. No apto para bibliófilos. O puede que sí… Los amantes de los libros y del buen leer tienen una cita obligada con el tema que el artículo de hoy desarrolla entre sus párrafos.
El nacimiento de los centros de negocio en las ciudades de Estados Unidos llevó a la creación de una arquitectura funcional que permitiera la construcción de edificios en altura para rentabilizar el valor de los terrenos sobre los que se levantaban. Fue con la creación del ascensor y la aplicación de las estructuras de metal al esqueleto de los edificios cuando aparecen los primeros rascacielos. Estas inmensas construcciones definirían la nueva arquitectura de las ciudades y, en concreto, de los centros de negocios o Loop.
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En 1871 tiene lugar un incendio en la ciudad de Chicago. La mayor parte de los edificios estaban construidos en madera, lo que propició una rápida expansión de las llamaradas de unos edificios a otros arrasando gran parte de la ciudad. La resonstrucción de la misma requirió de unas soluciones constructivas rápidas a la par que sólidas y duraderas, lo que llevó a la creación de una escuela de arquitectura que se conocería como Escuela de Chicago. En ella nacerían las técnicas para levantar esas enormes moles urbanísticas, gracias a la incorporación de estructuras en hierro, grandes ventanales de cristal y amplios espacios internos que permitían mayor luminosidad y aprovechamiento de los metros disponibles.
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William Le Baron Jenney fue el propulsor de esta escuela de arquitectura, con edificios como el Home Insurance Building y el Second Leither Building, ambos situados en Chicago. El empleo del ascensor, la utilización de amplios pasillos y corredores para distribuir los espacios y los amplios halles de entrada le convirtieron en el símbolo de esta arquitectura urbana.
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Sin embargo, a pesar de su popularidad al otro lado del Atlántico, en tierras europeas no comenzaron a construirse hasta después de la Segunda Guerra Mundial. Ciudades como París, Londres, Madrid, Francfurt, Varsovia, Moscú o Estambul cuentan con enormes rascacielos visibles desde el horizonte lejano. Moscú es la ciudad que destaca por albergar seis de los diez más altos de toda Europa. Entre ellos, el más importante es el Mercury City Tower, un gigante de 339 metros finalizado en el año 2012 y construido por el holandés Erick van Egeraat. Entre sus 75 plantas podemos encontrar oficinas y viviendas de lujo. El acristalamiento de color cobre le da un aspecto regio cuando los rayos del sol le iluminan. Su forma recuerda a una gran escalera que sube hacia el cielo.
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Este edificio, junto con la Torre Eurasia, la Torre de Moscú, la Torre de San Petersburgo y la Torre Naberezhnaya, forma parte del Centro de Negocios Internacional de Moscú, un ambicioso proyecto contructivo que pretende ser la primera zona que integre áreas de negocios, viviendas y zonas de entretenimiento de la Europa del Este. Se ha destinado más de un kilómetro cuadrado de extensión del distrito Presnensky para edificar este complejo, que muy pronto contará con un nuevo inquilino de 354 metros de altitud, la Torre Federación Vostok.
Hay que viajar hasta Londres para encontrar otro de los edificios que encumbra los cielos europeos. The Shard es un rascacielos de 95 plantas y 310 metros de altura construido por el Estado de Catar sobre el antiguo solar que ocupaban las Torres Southwark de PwC. Oficinas, un hotel, restaurantes, viviendas y un mirador pueden encontrarse en el interior de esta ciudad acristalada.
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En la ciudad de Francfurt se encuentra la Torre Commerzbank, diseñada por Foster and Partners. Sus 121.000 metros cuadrados albergan las oficinas del Commerzbank y nueve jardines a diferentes alturas. Con sus 259 metros de altitud desbancó a la Torre Messeturm, creada por Helmut Jahn, que alcanza los 257 metros y que pertenece al complejo arquitectónico de la feria comercial de Francfurt.
Por último, y ocupando el décimo puesto de los diez edificios más altos que surcan los cielos europeos, se encuentra la Torre Cepsa en Madrid. Propiedad de la entidad financiera Bankia, se encuentra en el distrito financiero de la capital española formando parte de las Cuatro Torres Business Area. La estructura fue levantada en acero y hormigón, con acristalamiento exterior y placas de acero que recorren su fachada. Sus 245 metros de altura alojan 45 plantas donde se sitúan las sedes de Bankia y Cepsa. Todo un titán que desafía a los vientos y besa el cielo de la ciudad madrileña.