En el mundo actual, con la homogenización de todos los aspectos de la vida cotidiana que ha impuesto la globalización, es difícil encontrar algo que se salga de la norma. Dar con un artista que conserve su propia personalidad, sin haberse dejado influir, de alguna manera, por las modas o los estilos que pululan en un instante concreto del tiempo por el universo artístico, es casi misión imposible. Por ello, encontrar esos genios independientes que van a contracorriente de los vaivenes estéticos, es casi un lujo indescriptible.