Una fotografía del artista Abel Azcona (Facebook)

Una fotografía del artista Abel Azcona (Facebook)

Con la Iglesia hemos topado. Esto es lo que debe estar pensando Abel Azcona, un conocido artista performance que está cosechando una gran polémica con su última exposición, que se puede ver desde el pasado viernes en una de las salas del Ayuntamiento de Pamplona. La Asociación Española de Abogados Cristianos no está dispuesta a callar lo que consideran una “profanación” a sus ideales religiosos, llevada a cabo en la colección de obras de Azcona reunidas bajo el título ‘Desenterrados’. Pero, ¿de qué se quejan exactamente?

En la citada exposición hay desde fotografías captadas por Azcona, hasta vinilos con palabras clave o, la más polémica de todas, una composición realizada con hostias consagradas y que tras ser colocadas estratégicamente se puede leer la palabra “pederastia”. Una ofensa mayúscula según denuncian desde el colectivo cristiano tras atender a cerca de 50.000 quejas formales realizadas por usuarios anónimos a su organización en tan sólo 20 horas. Al menos eso es lo que afirman desde la Asociación Española de Abogados Cristianos, que se ha sentido obligada a presentar una demanda en los tribunales para solicitar el cierre de la exposición y la restauración del daño ocasionado. Denuncia que viene, además, acompañada de una amenaza al ayuntamiento: “Si no se clausura se ampliará la querella”, poniendo el ojo en la concejal de Cultura, Maider Beloki.

 

Lo que más ha molestado a los supuestos 50.000 usuarios que se han acercado hasta sus instalaciones para reclamar justicia (divina), o han hecho lo propio a través de las redes sociales, es la utilización de 242 hostias consagradas para formar una palabra como “pederastia”. Tag tabú en el seno de la Iglesia, pese a los escándalos que suelen desmantelarse y que sacan a la luz la mala praxis de ciertos representantes religiosos con los más pequeños. Desde la citada asociación aseguran que el propio Abel Azcona ha reconocido “haber robado las Formas Consagradas en misas en Madrid y Pamplona”, a las que iba a comulgar para luego componer su obra. Esto, según denuncian, constituye «un delito reiterado de profanación y un delito contra los sentimientos religiosos», como así se recoge en el Código Penal.

De hecho, un numeroso grupo de personas se han congregado a las puertas del Ayuntamiento de Pamplona para manifestarse en contra de la última exposición del artista en su ciudad. Allí, en señal de protesta, medio centenar de vecinos ha rezado un ‘Padre Nuestro’. Lo mismo sucede en el perfil de Facebook del autor de tanta polémica, que ya ha expresado su sentimiento ante su obra: “Orgullo”. Entre las perlas que le dedican a Azcona se pueden leer alguna como esta: “Simplemente siento pena por ti, no conoces la felicidad ni el amor, estás vacío, como muerto. Tu obra expresa todo el sufrimiento que vives y toda la neurosis que tienes, lamento que hagas estas cosas, en el fondo buscas notoriedad, buscas a alguien que te ame de verdad, alguien que te saque de ese infierno en el que vives. Que Dios tenga misericordia de tí”, escribía un usuario descontento con el último trabajo de Azcona. Amén.

Si te critican, algo bueno debes estar haciendo”. Este bien podría ser el leitmotiv de un profesional de las performances, cuya labor principal es provocar sensaciones en el público a través de sus escenas. En concreto, Azcona asegura que su único propósito con ‘Desenterrados’ es hacer que la gente “reflexione sobre el sufrimiento propio y el ajeno”, tal y como se explicaba en la presentación de la exposición el pasado viernes. Una colección de Azcona que se puede visitar hasta el próximo 17 de enero en el Ayuntamiento de Pamplona, a no ser que finalmente se ceda a las peticiones del colectivo de abogados cristianos que tiene la firme intención de colgar el cartel de “cerrado” en su puerta.