Uno de los primeros lugares donde aprendemos a socializar, a trabajar, a vivir en comunidad, a divertirnos y a jugar es en el colegio. El lugar donde se tiene la primera toma de contacto con el mundo marca una profunda huella en el devenir del ser humano. Las experiencias, buenas y no tanto, van ayudando a forjar una personalidad que definirá al futuro adulto en todos sus ámbitos. Es allí donde el niño interiorizará todas las normas sociales y de comportamiento que luego desarrollará en un futuro como adulto.