Cuando uno es niño tiende a magnificar todo lo que encuentra a su alrededor. Incluso por muy cotidiano que el asunto en cuestión resulte, todo chiquillo tiende a encumbrar cualquier logro que consiga. Y razón no falta.
Cuando uno es niño tiende a magnificar todo lo que encuentra a su alrededor. Incluso por muy cotidiano que el asunto en cuestión resulte, todo chiquillo tiende a encumbrar cualquier logro que consiga. Y razón no falta.
Creado con WordPress & Tema de Anders Norén