bambi6_9008_635xYa no se estilan los artistas de cámara o aquellos que, por su amplia formación, captan la realidad sobre el lienzo de forma magistral. Lo que más pita entre las celebrities es el street art, una tendencia que está dando el salto de los muros de los barrios marginales a las grandes galerías y, posteriormente, a las paredes de adinerados compradores. Un ejemplo recurrente a la hora de ilustrar este nuevo movimiento cultural es el de Bansky, pero ahora le ha surgido una nueva competidora, Bambi, que está haciendo las delicias de los famosos de medio mundo.

Como su compatriota, la londinense Bambi expone su arte en la calle, sin grandes artificios y sin apoyo institucional alguno. De hecho, debe tapar su rostro y ocultar su identidad bajo pseudónimo para evitar las represarías de las fuerzas de seguridad, que primero persiguen sus acciones ‘vandálicas’ para más tarde asegurar que sus obras sean debidamente protegidas para ser capitalizadas y vendidas al mejor postor.

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Es aquí donde entran en juego las grandes fortunas amasadas entre los focos de Hollywood y demás profesiones de proyección popular que cuenta con una generosa remuneración. La misma que está logrando “la hermana pequeña de Banksy”, como ya se atreven a denominarla muchos entendidos del arte callejero, que desde hace cinco años cubre las paredes de la capital británica, más concretamente en Islington, con iconos del celuloide y de la música, entre otras celebrities de gran calado entre el público en general.

Graduada por la Central Saint Martins College of Art de Londres, Bambi se está granjeando ya una horda de fieles, no sólo a pie de calle sino también dentro del star system. La cuenta corriente de esta artista está que echa chispas desde que desinteresadamente el matrimonio Pitt-Jolie, Kanye West o Rihanna declarasen públicamente su ferviente admiración por sus obras.

Un regalo de bodas para la “zorra perfecta”

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De hecho, el rapero, que acaba de convertirse en el tercer marido de Kim Kardashian, decidió obsequiar a la estrella de la televisión estadounidense una de sus obras como regalo de bodas original y personalizado: “Quería algo majestuoso y a la vez muy Kim”, comentaba la representante de Bambi el pasado mes al diario británico Daily Mirror. El obsequio nupcial consistía en un retrato realizado por la artista callejera de Kim Kardashian, que se filtró en las redes sociales con polémica incluida. Esta residía en el título que Kanye West le puso a esta obra tan personal: Mi reina Kim, la zorra perfecta, un apelativo cariñoso entre la pareja que no fue del todo entendido entre los usuarios de Twitter e Instagram que lo vieron como una ofensa hacia la diva.

Mientras que Banksy pinta las calles de Londres, y más tarde otras partes del globo, como medio de denuncia a las injusticias sociales derivadas del capitalismo, Bambi hace lo propio para retratar a populares personajes de la talla de Amy Winehouse, los duques de Cambridge, el matrimonio formado por Angelina Jolie y Brad Pitt, Madona, Beyoncé e incluso al mismísimo Papa Benedicto XVI. Sin embargo, comparten además de su técnica, su predilección por pintar en la calle y su aversión a mostrar su verdadera identidad, que ambos han hecho de esta práctica su principal fuente de ingresos. Algo que podría ser una paradoja por muchos denunciada, ya que en el caso de Banksy, se ha hecho rico comercializando su arte precisamente denunciando a aquellos que han amasado fortuna entrando en el juego de la oferta y la demanda del sistema capitalista que tanto repudia.

Imágenes de su página oficial y redes sociales.