Cada día, ya sea a través de imágenes, sonidos o textos, parece que todo lo que tenga que ver con ecología, o alguno de sus derivados, ha llegado para machacarnos. Y escribo machacarnos, porque no paran de mostrarnos, o intentar demostrarnos, las bondades de un mundo sostenible. Todo eso estaría muy bien si, al menos en principio, el 100% de la humanidad estuviese “concienciado” sobre el tema. Pero cuando vemos que son los países con mayor tasa de natalidad los que siguen consumiendo energías que, ahora por lo visto, resulta que no eran tan ecológicas como pensaban hace veinte años, pues no tiene ningún sentido. Lo primero porque si los que más contaminan no van a reducir su tren de polución, por mucho que hagamos el resto, la naturaleza seguirá siendo un caldo de cultivo de animales y plantas “envenenadas” con esos residuos que producen. Ya nos gustaría ver a alguno de esos personajes tan famosos que luchan contra el llamado cambio climático plantarse delante de algún alto representante de alguno de esos países tan contaminantes y decirles a la cara aquello con lo que nos quieren hacer comulgar. Falta valentía, arrojo y honestidad. Lo segundo, que las alternativas no están lo suficientemente desarrolladas, en ninguno de los ámbitos, como para dejar de consumir o usar determinados productos de un día para otro. A ver cómo convences a una masa de X millones de personas acostumbrados a un determinado estilo de vida porque te viene bien cambiarlo según ciertos intereses o criterios. Lo tercero, que esas alternativas solo parece estar al alcance de determinados bolsillos. Y lo que no se han parado a pensar ¿qué puede pasar si las personas empiezan a perder poder adquisitivo? Mejor no pensarlo… Lo cuarto que, por mucho que nos empeñemos, el hombre ha consumido combustibles naturales desde el inicio de los tiempos en que se utilizó la madera para hacer fuego para sobrevivir. Y eso es lo que seguirán haciendo todas las generaciones venideras: sobrevivir, utilizando todos los recursos naturales a su alcance. Porque incluso la tecnología “verde” que se nos vende también sale de la naturaleza.
Etiqueta: Arquitectura sostenible

Una de las últimas constantes en temas constructivos es la oferta de viviendas a todo tipo de bolsillos en forma de grupo residencial. No sólo en nuestro país. En el resto de países europeos es posible encontrarlas. La mezcla de diferentes estratos sociales parece ser una manera de acercar diferentes formas de vivir y de entender la vida. Aunque, seguramente, este tipo de residenciales no los veamos en las millas de oro de las principales ciudades europeas. Paradojas de la vida.