Uno de los aspectos que más sorprende en el ámbito del diseño es la combinación de elementos de diferentes culturas. No es una cuestión baladí, ni de mezclar churras con merinas. Muchas veces, la mezcla de elementos puede dar como resultado algo con lo que el diseñador no contaba previamente. O puede ser peor aún. Puede que el cliente no quede totalmente convencido de lo que se le propone. En el caso del apartamento Wabi-sabi, cliente y diseñador resultaron ser la misma persona: el arquitecto Sergei Makhno.