De nuevo, la polémica hace que la censura logre justamente lo contrario: su mayor difusión. Son muchas las voces que se han alzado en contra de la última sesión fotográfica realizada por el cámara Fabien Baron y el estilista Karl Templer para la revista francesa Interview, en la que reproducen el ocaso de una noche gloriosa. Al más puro estilo Kate Moss, reina en estos derroteros por sus coqueteos con las drogas, la colección de instantáneas que se agrupan bajo el título Bastante acabadas ya han logrado su cometido: escandalizar.
Esta campaña no parece ser del gusto de todos. En ella aparecen modelos como Anja Rubik, Lily Donaldson, Edita Vilkeviciute, Daria Strokous y Andrea Diaconu tiradas inconscientes en callejones, rodeadas de suciedad y botellas de alcohol vacías. Hay quien ve en esta sesión fotográfica la denigración máxima de la mujer, el ocaso de una reina de la noche que después de sacar a relucir lo mejor de sí mismas acaban tiradas por los suelos como una cualquiera más. Paradojas de la vida, en la que muchos nos hemos visto en una u otra ocasión, pero que parece no ser apropiado mostrar al público en general.
Eso sí, pese al caos que las rodean y a lo deplorable de su aspecto físico y su situación, estas féminas continúan luciendo algunos de los modelitos más cotizados del mercado. Estas modelos visten en esta sesión prendas de alta costura de diseñadores de la talla de Marc Jacobs, Prada, Versace, DVF, Saint Laurent, Armani Privé, Tommy Hilfiger, entre otros. Tanto revuelo ha creado que incluso la académica de Comunicación de la Universidad George Washington Patricia Phelan ha descrito estas instantáneas como si “hubiesen sido creadas por personas que odian a las mujeres. Las industrias de los medios son notoriamente machistas en el contenido que crean, así como los entornos de trabajo a los que están sujetas las mujeres. Estas imágenes refuerzan el mensaje de nuestra cultura: la vida humana es barata y las mujeres son meramente utilizadas”, sentencia. Lo que desconocemos si la experta en la materia se informó de quienes son los responsables de la sesión fotográfica de la polémica, que se han hecho un nombre al captar en sus trabajos la cotidianidad en su estado más puro. Y el ocaso de una buena juerga también forma parte de la vida en sí. Estas son de las imágenes que componen la serie, compartidas por las propias protagonistas en sus perfiles de Instagram, que lucen sumisas, inertes, vacías –pero muy bien vestidas–.