Unas larguísimas piernas, unos rasgos caucásicos perfectos y una hipnótica mirada convirtieron a la modelo rusa Veruschka en un claro estereotipo estético allá por los años 60. Mientras, en el lado opuesto, una menuda y refinada Twiggy, de aspecto andrógino y con apenas 1,68 centímetros y 40 kilos de peso triunfaba como un verdadero icono pop del momento, sinónimo perfecto del espíritu libre de la época. Con ellas y con muchas otras modelos de su generación llegaba la popularidad masiva de las top model, convertidas en esa figura aspiracional a las que imitar por parte de jovencitas de todo el mundo. El término supermodelo comenzaba a fraguarse, pero no sería hasta principios de los 90 cuando llegara el auténtico boom de las supertops. Cindy Crawford, Elle Macpherson, Linda Evangelista, Naomi Campbell, Christy Turlinton… sus nombres se convirtieron en el reclamo mundial de diseñadores y revistas de todo el mundo. Ellas eran las auténticas celebrities de la década, con sus bellos rostros y sus esculturales cuerpos, deseo de hombres y mujeres a lo largo y ancho del planeta. Ahora, cinco décadas más tarde, la galería CWC Camera Work de Berlín (Alemania) presenta la exposición Supermodels, Then and Now, donde pretenden mostrar cómo ha cambiado el canon de belleza sin perder ese ‘brillo’ característico de las tops.

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Con más de 100 obras de numerosos artistas poco dados al efectismo o la explotación de la mujer, la muestra quiere probar cómo la fotografía se ha convertido en un género artístico en sí misma. Para Thomas P. Campbell, director del Metropolitan Museum of Art de Nueva York, «una modelo de éxito necesita ser capaz de inspirar al diseñador y de representar su intención. De esta forma puede obtener un estatus especial de ‘icono’ y su cara puede llegar a convertirse en una marca propia» y afirma que «en el arte, el término supermodelo se ha convertido en un género internacional que brinda precios estratosféricos en las subastas». Sin duda, no se equivoca, basta con recordardar que hace unos meses la célebre casa de subastas Christie’s, recaudó nada más y nada menos que 2 millones de euros gracias a una puja de obras de la archiconocida Kate Moss.

En la exposición se reúnen obras de importantes figuras de la fotografía, con nombres como Richard Avedon, Peter Lindbergh, Michel Comte, Ellen von Unwerth, Paolo Roversi, Patrick Demarchelier, Herb Ritts o Albert Watson. Desde la galería destacan que, «aunque todos ellos muestran la mutabilidad de las modelos, también confirman que se trata de mujeres que son un espejo de su tiempo» y añaden que «la atención pública hacia las supermodelos ha aumentado de tal forma que sólo basta con que el fotógrafo muestre la belleza natural de las chicas para que las fotografías tengan impacto».

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Míticas obras de Twiggy o Veruscka de la mano de Richard Avedon, imágenes de Peter Lindbergh o Michel Comte que ilustran la revolución cultural de finales de los 60 y principios de los 70 o retratos de Naomi Campbell, Linda Evangelista, Chanel Iman o Christy Turligton que transmiten esa nueva imagen de top model como icono mundial, son algunas de las muestras que se podrán ver en la exposición.

Además, la exposición hace un apartado especial a Kate Moss, de quien se exhiben retratos firmados por fotógrafos como Ellen von Unwerth, Paolo Roversi, Patrick Demarchelier o Albert Watson, que han convertido a la modelo en una «marca global» que ha influido poderosamente en la sociedad  y marcado toda una época.

Sin duda, si tenéis oportunidad de ir a Berlín hasta el 6 de septiembre, esta exposición es parada obligada de ver.

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