El suicidio es uno de los problemas de salud pública que más preocupan en nuestro país a los expertos. Se estima que en el año 2020 se han producido en nuestro país más de 3.600 casos de suicidio consumado y unos 8.000 intentos que se han registrado. «La situación que vivimos de crisis sanitaria y económica está estrechamente ligada a nuestro bienestar emocional. La prevención es necesaria, mediante intervenciones oportunas y eficaces (basadas en datos científicos), tratamiento y apoyo. Es la manera de prevenir, tanto suicidios, como tentativas». Afirman desde la Clínica López Ibor.
“En España, el suicidio es la primera causa de muerte por factores externos. Cada dos horas y media se suicida una persona. Desde hace 15 años se mantienen su tasa elevadas en una media de 3.500 al año. Es necesario prestar atención a este problema de salud pública. Los fallecimientos por suicidio duplican a los accidentes de tráfico, superan en once veces a los homicidios y en ochenta a los de violencia de género”.

Beatriz Mora, coordinadora de psicología de la Clínica López Ibor destaca cómo “el suicidio constituye un problema silencioso, pero con una grave repercusión. A los profesionales de la salud nos puede generar sensación de responsabilidad e incluso impotencia. Desde la perspectiva profesional tenemos que entender que es una decisión, aunque no tomada de forma sana, dentro del contexto terapéutico, y sobre la cual, previamente se debe trabajar y abordar. Es un problema de salud pública y los datos han llevado a concienciar e investigar sobre ello con el fin de salvar vidas. Según datos de la OMS, cada año cerca de un millón de personas se quitan la vida en todo el mundo. Ya en 2014 publicó un informe llamado ‘la prevención del suicidio, un imperativo global’. Un texto en el que destacaba a los países a considerar la prevención del suicidio como una prioridad alta en sus programas. La interacción entre factores biológicos, psicológicos, sociales, ambientales y culturales en la determinación de los comportamientos suicidas es clave”.
En España El 50% de las personas que se suicidan han presentado una tentativa previa, siendo éste el factor de riesgo más importante en la población general. Se estima que el riesgo en estas personas con tentativas previas es cien veces superior a la población general y cuatro veces superior a personas con un trastorno mental.“Por ello es muy importante conocer a la persona y estar atento. La prevención salva vidas”, comenta la psicóloga.

¿Cómo prevenir el suicidio?
“Se necesita un trabajo consolidado de concienciación para establecer planes de prevención y realizar una praxis ética y responsable sobre todo lo que engloba al tema de suicidio por parte de la totalidad de la población. Desde la prevención por parte de las entidades de salud pública y administraciones, como los medios de comunicación a la hora de manejar la información, así como todas las acciones que se pueden llevar en el ámbito sanitario ante la conducta suicida. Es clave una coordinación entre todos los sectores de la sociedad, formación de profesionales y la implementación de planes de prevención y promoción de la Salud”
¿Qué no es verdad sobre el suicidio?
Hay que trabajar con muchas creencias y mitos que acompañan al suicidio y que en numerosas ocasiones tienen como consecuencia minimizar el riesgo o relativizar la importancia que tiene esta problemática.
“Entre uno de ellos, el más destacable puede ser el considerar que sólo la persona con un trastorno mental tiene un riesgo de suicidio, y verdaderamente no siempre es así. No todas las alteraciones de la salud mental se acompañan de conductas suicidas y no todas las personas que se suicidan padecen un trastorno. Son circunstancias y momentos concretos que derivan en un desbordamiento emocional donde la persona no es capaz de ver solución a sus problemas y necesita parar ese dolor tan intenso desconectándose de él. Para trabajar sobre ello es muy importante la prevención y el conocer las señales y riesgos que pueden llevar a la persona a tomar esa decisión. Además de implementar todas las actuaciones necesarias desde el ámbito sanitario y el contexto de interacción de la persona. Se necesita trabajar también en la psicoeducación y concienciación y saber cómo actuar y poder intervenir para prevenir” concluye Beatriz Mora.
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