Todo comenzó con unos dedos jugueteando de forma inocente con una naranja de sangre. Bueno, ¿inocente? Tal vez ahí está precisamente la cuestión y el principio de la polémica.

Tal vez desconozcas de qué estamos hablando, así que por si acaso y por si no la conoces, hoy te vamos a presentar a  Stephanie Sarley.

Ella es una artista californiana que ha decidido expresar su arte y su feminismo a través de la fruta. Reivindica a través de ellas haciendo uso de la la erótica de la imaginación, en contraposición de lo explícito, que es a lo que estamos más acostumbrados hoy en día.

Los orgasmos espontáneos existen, no son los padres

Es curioso cómo unos simples vídeos de unos dedos jugueteando con diferentes piezas de fruta pueden resultar tan perturbadores a los ojos de muchos, de hecho, su cuenta ha sido cerrada o censurada en alguna ocasión como consecuencia de todo ello.

Todo comenzó cuando subió un vídeo en el que jugueteaba con una naranja de sangre, que simbolizaba el acto sexual con una mujer durante su menstruación. Pretendía no sólo visibilizar tabúes, sino romperlos: dar voz a la vagina y a la sexualidad femenina, incluso con la regla.

A pesar de las críticas de algunos usuarios, ella decidió seguir con su labor y a día de hoy ya recopila 165 publicaciones y vídeos en esta cuenta de Instagram.

El erotismo, como la belleza, se encuentra en los ojos del que mira. Esta artista propone con este experimento social una nueva forma de disfrutar del erotismo y la sexualidad, sugiere prestar más atención a la imaginación en una sociedad en la que casi se castiga pensar o sentir más allá del imaginario colectivo.

Los orgasmos reales suenan así

Resulta curioso además, que para muchas personas sus vídeos resulten tan perturbadores, casi hipócrita podría decirse. Industrias como la del porno recogen millones de dólares a lo largo del mapa mundial. Se enseña y se sexualiza el cuerpo de la mujer continuamente en los medios de comunicación y prensa, igual que se utiliza como si fuera un objeto cualquiera.

Sin embargo, nos escandalizamos cuando nos excitamos o visualizamos el placer de otra forma -sobre todo si se trata del placer femenino-, o cuando se muestra el cuerpo de una mujer fuera del contexto habitual, incluso siendo menos explícita o en forma de metáfora.

¿Cuáles son aquí las mentes con mayor nivel de perversión? ¿Las de artistas como Stephanie Sarley o las que se esconden detrás de esta doble moral social?