Síndrome de Asperger, tal vez no has escuchado hablar de él, sin embargo, está más presente en nuestra sociedad de lo que pudiera parecer.

Antes de nada, queremos que pienses sobre las interacciones sociales que mantienes en tu vida: con tu familia, amigos, incluso cuando bajas a comprar el pan. Durante todos esos momentos, aún cuando no se profundiza, tiene lugar una comunicación y se generan intercambios de información de diverso tipo, verbal y no verbal.

A medida que profundizamos en la intimidad, con frecuencia las relaciones personales adquieren mayor complejidad y no son siempre fáciles. A veces no es sencillo leer las emociones de los demás, o comprender lo que siente la persona que tienes cerca de ti, incluso cuando te lo explica.

Pero imagina que tu día a día fuera siempre así, que tus días transcurrieran sin que llegaras a comprender lo que quieren decir las caras de las demás personas, sin poder traducirlas en emociones. Como si hablaran un lenguaje diferente que no te hubieran enseñado, incluso cuando bajas a comprar el pan.

Birdboy, el chico pájaro y los niños olvidados

¿Pero qué ocurre cuando, inmerso en la soledad e incomprensión te topas con alguien con el que puedes comunicarte? Alguien que parece comprenderte o que, por lo menos, está dispuesto a intentarlo.

Esto es lo que ocurre precisamente en la película de animación de Mary and Max. A lo largo de hora y media narra la historia de Max, un judío obeso neoyorkino que lidia con su Síndrome de Asperger y su vida adulta, y que entabla una entrañable amistad a través de carta con Mary, una niña australiana de ocho años con una vida y una familia que no facilita precisamente su camino.

El Síndrome de Asperger se ha considerado un trastorno por muchos manuales de Psicología. Las personas que se ven afectadas tienen, principalmente, dificultades para expresar y comprender emociones y sentimientos -las propias y las de otros-. Consecuencia de ello, suelen ser rechazados y apartados.

Este largometraje retrata su realidad desde (muy) dentro.

¿Por qué escondemos nuestros verdaderos miedos?

¿Alguna vez te has planteado qué ocurre en nuestra sociedad con esas personas que son ‘diferentes’? ¿Quién se encarga de hacerles un hueco en su vida? ¿Quién les hace un hueco en su sofá?

No como favor, sino por todo aquello que pueden aportar en tu vida conviviendo con ellos. Por todo lo que pueden enseñarte y todo lo que puedes aprender de ellos y con ellos.

Esta película nos invita a creer que existe un lugar para cada uno de nosotros. Todos tenemos taras, somos imperfectos, pero tenemos derecho a ser queridos y apreciados.

A veces no queremos ser curados, ni cambiados, simplemente queremos sentirnos comprendidos. Queremos que alguien nos mire y nos diga que no pasa nada, que nos acepte tal como somos.

¿No sabes qué ver en esta noche lluviosa de sábado? Pues ya tienes plan.