No es la primera vez que Carmen Martínez Bordiú abre su casa para que el público vea cómo vive una mujer sin complejos. De hecho, en su casa los reporteros y profesionales gráficos del ‘¡Hola!’ saben hasta en qué cajón se guardan las tiritas o qué botón tocar para que suene el himno de España. No obstante, la semana pasada abrió de nuevo su hogar para recibir a Bertín Osborne, que quedó impresionado tanto por la belleza de algunas de las obras de arte que adornan las paredes de sus estancias, como por las declaraciones que logró sonsacarle con picardía.

Carmen Martinez Bordiu Casa

Carmen Martinez Bordiu Casa

La nieta más mediática del general Francisco Franco tiene una concepción del sexo muy moderna, lejos de lo que se podría intuir con el apellido que pesa sobre sus hombros. No se declaró bisexual abiertamente en su entrevista para ‘En la tuya o en la mía’, pero sí que mostró su convencimiento de que “todos somos bisexuales, luego depende de cada uno desarrollarlo o no. En las mujeres, por ejemplo, es más natural, duermes en la misma cama con una chica…”, explicaba a la vez que dejaba entrever que algún que otro coqueteo ha tenido. Eso sí, se escudaba en que “no es que lo diga yo, habla con cualquier médico”.

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Carmen Martinez Bordiu Casa 3Especialistas en la materia a parte, lo cierto es que con sólo echar un vistazo por encima a los cuadros que decoran su palacete de Madrid más de uno podría haber dicho: Ya me olía yo algo”. Nada más cruzar la puerta te recibe una mesilla en la que reposa una imagen de su abuelo, pero con levantar levemente la cabeza te encuentras con el primer contraste que hay en su casa: un cuadro de un culo femenino. Como este, hay muchos. Por toda la casa. Quizá demasiados. Entre fotografías familiares, flores naturales, elementos de inspiración asiática, ornamentación clásica con cierto aroma barroco mezclado con ingenio con artículos más minimalistas y mucho, pero que mucho dinero invertido en artículos de lujo, sobresalen los lienzos con desnudos femeninos, la mayoría centrado en el trasero, que parecen ser su parte de la anatomía fetiche.

Sin embargo, por encima de cualquier otra, destaca la presencia del cuerpo desnudo de la Diosa de Ébano, Naomi Campbell, a la que le ha reservado un espacio privilegiado en su salón sobre la chimenea. Por si esto fuera poco para replantearse la obsesión de la ‘nietísima’ por los cuerpos al natural de las féminas, sobre la mesa reposa un libro de Helmut Newton, uno de los fotógrafos más célebres a la hora de retratar el cuerpo de la mujer sin adornos ni florituras.

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Carmen, sabes que lo que viene es necesario… ¡Si Franco levantara la cabeza!