Desde los orígenes del cine y de la televisión, los dibujos animados han estado destinados al público infantil pero, de un tiempo a esta parte, han dejado de ser exclusivamente territorio de los más pequeños de la casa. Ahora, y cada vez con más ahínco, se está enfocando este formato a un público más adulto y cuyo contenido y lenguaje no es apto para toda la familia. Y no, no nos referimos a dibujos eróticos o con temática sexual como el hentai, sino a aquellos dibujos que, por sus tramas, sus historias y su vocabulario no se recomienda que se exponga a los menores, por muy desternillantes que puedan ser.
Una de las series que más controversia han generado durante años desde la década de los noventa son Beavis & Butt-Head. La historia, emitida en MTV, contaba las tramas de dos adolescentes aficionados a ver la televisión, comer comida basura y a decir tacos a la hora de comentar todo lo que se emitía en la caja tonta. Durante la serie, se intercalaban videoclips de las estrellas musicales del momento. Tampoco ellos salían bien parados de esta criba. El éxito fue tal que consiguieron llegar a la pantalla grande con Beavis & Butt-head recorren América y pequeñas cintas que salieron directamente a DVD.
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Paralelamente a esta serie, surgió Ren & Stimpy, un chihuahua y un gato que, a través de disparatadas situaciones, criticaban la sociedad norteamericana. Estos dos pequeños animales fueron los predecesores de series como Vaca y Pollo o uno de los últimos éxitos como puede ser Bob Esponja. A partir del éxito apreciado por este tipo de serie, que marcaron un punto de inflexión en la animación, las cadenas de televisión empezaron a invertir cada vez más en ofrecer en sus escaletas este contenido cuyo principal target es el público adulto.
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South Park fue, sin lugar a duda, la serie más censurada, más criticada y más vetada que se recuerda de este género. De hecho, pasó de emitirse en prime time a colocarse en el late night y sin pérdida de fieles seguidores. La historia de cuatro niños que viven en un pequeño pueblo de Colorado llamado igual que la serie sufrió infinidad de ataques por los diversos colectivos a los que se hacía escarnio. Desde el LGTB hasta numerosas agrupaciones religiosas que no veían con buenos ojos la forma de tratar ciertos temas controvertidos como puede ser el holocausto nazi o los atentados del 11-S. Retratar a dictadores como Saddam Hussein siendo el esclavo sexual de Satán, hacer a personajes gais como auténticos depravados sexuales o, el que más controversia género en su día, dibujar a Mahoma disfrazado de oso. Unas acciones que dejaron atrás las inofensivas críticas y terminaron con amenazas de muerte por parte de un grupo terrorista islamista contra los creadores de los dibujos.
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De los más populares, que continúa en antena a día de hoy sin perder su esencia son Los Simpsons. Una de las series estrella para el público adulto. Su primer capítulo fue emitido en 1989 y es, hoy por hoy, una de las más longevas dentro de su estilo que, actualmente emite su vigesimoquinta temporada, con una película a sus espaldas y otra en preproducción. Partiendo de la crítica al estilo de vida norteamericano como premisa, se narra el día a día de una familia supuestamente normal de clase media que, capítulo tras capítulo, viven aventuras de lo más descabelladas. Una ficción que ha sido criticada no sólo desde dentro de sus fronteras, sino también desde fuera por la dureza con la que tratan ciertos temas de actualidad.
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A partir de la aplaudida serie ideada por Matt Groening, han surgido una estela de spin off con idéntica temática pero abordada desde distintos puntos de vista. Este puede ser el caso de Family Guy, Futurama o American Dad, creadas por Seth MacFarlane. En Family Guy, por ejemplo, narra el quehacer de una peculiar familia y su vecindario al más puro estilo yanqui. Lo normal: un perro que habla, un joven atemorizado con el mono de su armario, un bebé con ansias de asesinar a su madre, un anciano pederasta y un policía paralítico. Un argumento similar al seguido por American Dad, que narra las aventuras de una familia formada por un agente de la CIA, una madre con un salvaje pasado, una hija pacifista, un extraterrestre que defeca tesoros, un antiguo espía soviético atrapado en un pez y un joven adolescente poco agraciado.
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Aunque, saliéndonos de esta línea, podemos encontrar obras maestras como es Archer, las aventuras del famoso policía de las I.S.I.S, ha conseguido ganarse a la crítica y al público por las geniales voces de los actores que dan vida a sus protagonistas y por la parodia violenta y sagaz de las películas de espías. Además, tratan sin ningún tipo de miramiento las relaciones sexuales y las rivalidades en el trabajo. También hay que indicar que esta serie se aleja del dibujo cómico que caracteriza los ejemplos anteriores, estando más cerca de la realidad.
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