Winston Churchill no solo pasará a la historia por sus célebres citas o por su figura política como primer ministro británico. También tenía una sensibilidad artística que los expertos en arte han sabido apreciar y que hacen que sus obras se revaloricen siempre que salen al mercado. Precisamente lo que sucede ahora con el último óleo que pintó, titulado ‘The Goldfish Pool at Chartwell’, que sale a subasta en Londres el próximo 21 de noviembre.
Así lo ha anunciado la prestigiosa casa de subastas Sotheby´s, que pone a disposición del público la última creación del exprimer ministro de Reino Unido realizado en 1962. La subasta tendrá lugar en la capital británica, concretamente en una puja de arte británico moderno y de postguerra. El precio de salida se ha estimado en los 90.000 euros -80.000 libras-, aunque se espera conseguir mucho más dado el interés que se está generando entre las casas de coleccionistas y adinerados particulares. De hecho, en 2014 ya subastó otro de sus óleos y llegó a sumar más de 2 millones de euros.
El lienzo es un primer plano del estanque repleto de carpas doradas en el que Winston Churchill solía sentarse a pensar. Un remanso de paz en el que se han tomado decisiones vitales para Inglaterra en plena Segunda Guerra Mundial, al igual que supuso un escondite de los problemas cotidianos emplazado en los jardines de la mansión de campo de Chartwell. Su residencia privada situada en el condado de Kent, donde le gustaba retirarse junto a su mujer Clementine y sus hijos.
Detalles de este óleo de Winston Churchill
La casa de subastas Sotherby’s ha ofrecido algunos detalles de interés para acrecentar el interés de los posibles pujadores. El exmandatario regaló este lienzo al sargento Edmund Murray, su hombre de confianza en la intimidad y su guardaespaldas de forma oficial. Quiso tener un detalle con él por sus años de servicio y él lo atesoró con cuidado durante estos 50 años hasta que ha decidido sacarlo a la venta. De hecho, aún no se ha mostrado al público, por lo que su valor es aún mayor, porque se desconocía de su existencia, al ser pintado tan solo tres años antes de su muerte.
Como detalle curioso, Winston Churchill se aficionó a la pintura cuando rebasó la barrera de los 40 años como mero hobby, pero encontró en él un medio de expresión muy especial, a pesar de que lo suyo siempre fue la palabra.
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