Cuando uno piensa en Stallone ve músculos, disparos por doquier y alguna que otra escena de Rambo o Rocky. Pero este duro actor de Hollywood también atesora una afición: la pintura. A pesar de que esta faceta suya sea prácticamente desconocida para el público en general, en Rusia están descubriendo las buenas artes –esta vez no marciales- de Sylvester Stallone, a través de una exposición de 30 de sus obras en el museo de San Petersburgo. Una muestra que ha venido seguida de una gran polémica incluso antes de abrir sus puertas.
Esta muestra de la obra pictórica de Stallone ha desatado la ira de algunos sectores de la izquierda del país, como el partido Comunistas de Rusia, que ya ha exigido su prohibición a los responsables del museo, a la vez que amenaza con iniciar acciones legales contra el propio actor. Quizá no teman las buenas dotes de este musculoso artista con las armas de fuego –al menos en la ficción-, pero sí con el pincel. No están dispuestos a que el pueblo ruso tenga acceso al “material pornográfico” que albergan algunas de sus obras como aquellos objetos pertenecientes a su papel en la película El potro italiano, como así ha dado a conocer Serguéi Malinkóvich, cabeza visible de este grupo de acción política.
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Pero no sólo hay quien se escandaliza por la parte erótica que lleva implícita sus creaciones, sino por la figura bélica que ha representado el actor a lo largo de su carrera cinematográfica. Comunistas de Rusia sostiene que las películas sobre Rambo son «llamamientos públicos a desatar guerras agresivas» y no quieren que ese tipo de símbolos sean expuestos ante sus conciudadanos, por lo que ya amenazan con la posibilidad de levantar acciones de propuestas si finalmente las obras de Stallone ven la luz.
Habrá quien considere que el caso de Sylvester Stallone no es más que el de otra estrella del celuloide que ha pasado a mejor vida en la gran pantalla y trata de hacerse un hueco en el mundo del arte. Quizá sea así, pero lo cierto es que este actor “no es un simple aficionado y sus dibujos tienen sin duda valor artístico”, tal y como ha destacado uno de los críticos de arte del Museo Ruso, Iósif Kiblitski. Empezó a pintar cuando aún no había saltado a la fama y cuando sus músculos eran más admirados que temidos. Unas obras marcadas por el sello de impresionistas y expresionistas, como así subraya el citado experto: “A la vista de los no profesionales en el arte, los dibujos de Stallone apenas se diferencias de los dibujos de Jean-Michel Basquiat, uno de los pintores abstractos más caros a día de hoy, cuyos trabajos se venden por millones de dólares”. Por el momento, no se ha hablado de una posible venta y el objetivo de esta exposición, que permanecerá abierta al público hasta el próximo mes de enero, tiene como única misión dar a conocer el buen hacer de Stallone con el pincel.
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