slide_368642_4227738_compressedCoincidiendo con su 42 cumpleaños, la Reina doña Letizia ya tiene su propio personaje Simpson de la mano del ilustrador aleXsandro Palombo, quien ya hiciese de las suyas con anterioridad con la duquesa de Cambridge, Kate Middleton, y la reina Isabel II de Inglaterra. En esta ocasión, este artista que utiliza a estos populares personajes animados como inspiración, pero no se encuentra en el equipo de dibujantes de la serie, ha sabido captar a la perfección la estilizada figura de la esposa del Rey Felipe VI, que muchas veces ha sido señalada como “extremada”, haciendo referencia a unos supuestos problemas alimenticios nunca demostrados.

Doña Letizia ha dado el salto de las portadas del kiosco rosa a ocupar la primera plana de diversos medios con un tono cercano a la ictericia, ese trastorno que amarillea la piel y los ojos. Lejos de preocuparnos por la salud de la consorte real, que tan sólo ha sido simpsonizada al caer en las mañosas manos de Palombo, aparece ataviada con algunos de sus vestidos más icónicos con los que ha conquistado a la crítica a lo largo de estos diez años. Sin embargo, parte de este mérito no se lo debemos a ‘la percha’, sino al modisto Felipe Varela, que se ha convertido en el diseñador fetiche de la Reina.

Así, podemos encontrar aquel impresionante vestido rojo pasión que la por aquel entonces princesa de Asturias lució en la boda real de Federico y Mary de Dinamarca. O aquel otro en color nude que Doña Letizia ha rescatado del armario en diversas ocasiones en sus actos oficiales. También hay lugar para otros modelitos más modernos que han acercado a la Reina a la moda ‘low cost’ como la blusa con print animal que estrenó a principios de año o una blusa blanca que suele combinar con una falda tubo en color rojo de la marca Uterqüe.

Kate Middleton, princesa Simpson para Palombo

Como comentábamos, Letizia no es la única royal europea que ha teñido su piel de amarillo y cercenado dos de sus dedos para entrar en la trama de los Simpson. Este dibujante ya caricaturizó a la reina Isabel II y a la esposa de su nieto el príncipe Guillermo, Kate Middleton. En esa ocasión, la metodología a seguir fue similar a la desarrollada ahora con la Reina Letizia, con la única excepción de que el telón de fondo, en vez de ser el Palacio Real de Madrid, era el Palacio de Buckingham.