Otro año más, el domingo de Pascua ya está aquí. Miles de personas habrán aprovechado para seguir la antaña tradición de regalar los huevos y monas de chocolate a los más pequeños de la casa. También a los no tan pequeños. Su origen se remonta a la época romana, donde se solían regalar huevos de gallina decorados para celebrar las festividades primaverales con las que llegaba la fertilidad a los campos y la vida volvía a despertar tras el letargo del invierno.

El artista polaco Piotr Bockenheim rinde un homenaje a esta tradición popular creando una serie de decoraciones con las que talla la cáscara de huevos de gallina. Cada una resulta diferente y algunas son de una dificultad que asombra, debido a la fragilidad del soporte sobre el que se realiza. Círculos, cenefas, rectángulos, flores… cualquier dibujo es posible bajo su sello personal.

Una bonita forma de decorar y de hacer un regalo que, además, bajo la luz de diferentes colores puede resultar mucho más espectacular de lo que ya es.