Ha sido en el ecuador del Festival de Cine Fantástico de Sitges donde hemos tenido la oportunidad de visionar esta ópera prima de Randy Moore.
Obra que, muy posiblemente, no llegue a estrenarse en las salas comerciales de nuestro país. Sin embargo, si hay que hablar de proezas en rodaje… sin duda ÉSTA es la película.
Grabada clandestinamente en Disneyland Florida, con un equipo muy reducido y, lógicamente, casi ausencia de material técnico, Escape from tomorrow se ha convertido ya en una de las sensaciones de la temporada de festivales (también estuvo en Sundance) y, sobre todo, en el gran terror del gigante Disney que ha visto amenazado su primer puesto en el ranking de ‘adorabilidad‘ ya que, más que un mundo adorable, Moore retrata en esta hora y media un auténtico circo de los horrores.
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Ni qué decir tiene que esta ausencia de gran parte de material y equipo de fotografía hicieron que la película tuviera que convertirse a blanco y negro, un detalle que a pesar de lo que pudiera esperarse, no hace más que sumar puntos al metraje. Para aprovechar esta falta de color, Moore acentúa el contraste de las imágenes y fuerza los ángulos de cámara en algunos planos, dando como resultado una obra tan rara como atrayente. Podría ser la primera -y única- vez que sea visto el mundo Disney sin sus característicos colores de manera más o menos premeditada.
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Randy Moore introduce al espectador en esta radical visión del mundo Disney con una ya agria primera premisa: el padre de familia Jim White (Roy Abramsohn) recibe la llamada de su jefe con la noticia de que ha sido despedido. Jim decide no compartir esto con su esposa Emily (Elena Schuber) ni con sus hijos Sara (Katelynn Rodriguez) y Elliot (Jack Dalton), ya que están de vacaciones.
Cualquier viaje familiar por el ya mencionado parque temático debería ser -al menos en el imaginario de la gran mayoría- agradable, bonito y feliz. Pero a medida que la familia White avanza en su recorrido por el parque salen a la luz las brechas existentes entre sus miembros. Esto convierte elviaje en un infierno para Jim, que no puede evitar centrar su atención en dos jóvenes francesas, a las que persigue incesantemente, y que hacen las veces de ‘manzana de Blancanieves’ tentándole a través de un parque.
La película está plagada, de hecho, de señales y personajes que se podrían identificar con distintos personajes de la propia factoría Disney. No obstante, aquí se nos presentan en sus versiones más oscuras y abstractas: las propias princesas Disney, hadas hermosas y tentadoras, brujas malignas, traviesos bufones, consejeros e incluso colgantes con hechizo hacen su aparición -a veces breve- durante el film.
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Escape from tomorrow es de esas películas que resulta difícil esperar. Una historia de mayores recitada desde el espacio más infantil del planeta, una crítica brutal a una sociedad que pierde sus valores, como puede ser la institución de la familia, cegada por las grandes empresas multinacionales. Unna mezcla tan extraña que sólo podría darse como resultado al entrelazar armónicamente un mundo algo lynchiano con la atmósfera Disney. Un ejercicio de estilo que comienza de manera convencional para volverse cada vez más abstracto y surrealista según avanza el metraje.
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