Vivimos momentos de crisis, eso lo sabemos, pero también somos conocedores de la realidad que sufren los jóvenes que intentan hacerse un hueco en el mercado laboral y cómo algunas profesiones comienzan a considerarse precarias. Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) que corresponden con el tercer trimestre de 2015, muestran que de los casi 15 millones de asalariados, 11,04 millones tiene un contrato indefinido, mientras que algo menos de cuatro millones cuentan con un empleo temporal. Según la Encuesta de Población Activa, uno de cada tres trabajadores con un empleo precario tiene estudios universitarios y sufren los abusos de grandes compañías y empresas que se aprovechan de la situación laboral por la que está pasando nuestro país.
«Mi carta no es un ataque contra nadie. Es una invitación a la reflexión. Luego, cada uno, que haga lo que estime conveniente. Mi intención es la de ayudar y seguir ayudando a los que empiezan.»
La ilustración es una de ellas. Cada día multitud de ilustradores que comienzan a dar sus primeros pasos sufren los abusos de quienes se aprovechan de esta situación, desvalorando y desconsiderando el arte. Pero Miguel Calero decidió que era el momento de decir ¡Basta! ante los abusos de algunas «startups» y escribir en su propio blog una carta abierta a todos los ilustradores que por unos motivos u otros deciden aceptar trabajos precarios, haciéndoles reflexionar sobre las posibles consecuencias de aceptar ese tipo de condiciones. «Es un insulto a su talento, porque son injustas, porque no benefician a nadie más que a quien explota su esfuerzo en su propio beneficio. Básicamente, les invito a decir NO por la dignidad de la profesión y de ellos mismos como profesionales. Porque clientes que están dispuestos a pagar justamente por el trabajo realizado, también existen.»
Me gustaría, por favor que, aunque veáis un post bastante extenso, hagáis el esfuerzo de leerlo. Especialmente si sois de la profesión o, con mayor motivo, si pretendéis serlo.
Hace un año y pico, me llegó una oferta para hacer un trabajo de ilustración. Se trataba de realizar entre 21 y 24 ilustraciones para unos cuentos para tablets. El precio, 300€ en concepto de adelanto de ventas. Me ofrecían el 10% de los beneficios de la aplicación. La store se queda con el 30%, por lo que sería el 10% del 70%. Esto es un 7%. A un precio que ronda los 1,79€ quedarían 0,125€ para el ilustrador. Echando cuentas rápidas, para amortizar los 300€ que te dan de «anticipo» a fondo perdido, tienen que vender 2.400 aplicaciones. Mi respuesta fue educada y argumentada, a la par que extensa. No fue un “NO” porque no. A veces me empeño en hacer didáctica porque, supongo, aún no he perdido la esperanza. Su respuesta no la voy a calificar de chulesca, pero sí tenía un puntito entrerecriminatorio y sobrado (“…hay ilustradores que apuestan y colaboran con nosotros, y otros que no…”) que no me gustó nada.
Bien, pues hoy, me vuelve a llegar un correo de la misma empresa y persona. Las condiciones en esta ocasión, obvian los porcentajes de ventas, y se convierten en un único pago de 450€ para 24-26 ilustraciones. Me dicen, además, que los otros ilustradores lo suelen tener listo en mes y medio o dos meses. A mí, para empezar, ofrecer a alguien 450€ por mes y medio o dos meses de trabajo, ya me parecería como para hacerlo con la cabeza gacha y la voz quebrada.
Observo que, después de año y pico desde que me contactaran por primera vez, han publicado nada más y nada menos, que la nada desdeñable cifra de 19 aplicaciones ilustradas. De ellas, ya estaban publicadas, si la memoria no me falla, unas 8 en aquella fecha. Evidentemente, problema para conseguir ilustradores con las condiciones ofertadas, no han tenido.
Por eso hoy, el destinatario de esta “carta abierta” no son las editoriales o empresas, me da igual si grandes o “startups”, que ofrecen estas condiciones a los ilustradores. A ellos les da igual lo que yo pueda decirles, y doy la batalla por perdida antes de lucharla. Es a los ilustradores e ilustradoras que aceptan estas condiciones a los que me gustaría dirigirme.
Ante todo, vaya por delante que lo que aquí voy a expresar, está escrito desde mi más absoluto respeto. No pretendo juzgar a nadie, porque no soy quién para hacerlo. Pero creo que estas circunstancias me afectan lo suficiente como para dar mi opinión y exponer mi malestar. No con la intención de sermonear a nadie, si no más bien tratando de incitar a la sana reflexión.
Por eso, estimado/a compañero/a de profesión, me gustaría decirte lo siguiente:
Ignoro cuáles pueden ser las razones que te hayan llevado a aceptar estas condiciones de trabajo. Si bien puedo respetar que cada uno haga con su vida lo que quiera, permíteme que te diga que, aceptándolas, estás perjudicando y mucho a todo un colectivo de profesionales. Y esas razones que tú crees que justifican el que lo hagas, probablemente, sean equivocadas.
Quizás estás empezando y te hace mucha ilusión publicar algo al precio que sea. El dinero no es importante, claro. Lo importante es que, por fin, vas a poder ver tus dibujos publicados. El dinero no es importante siempre y cuando no estés pagando una hipoteca o el alquiler de un local para desarrollar tu actividad. O tengas que pagar tus seguros sociales como autónomo todos los meses (en torno a los 300€ mensuales). No es importante si no has tenido que pedir un crédito para comprarte un ordenador decente que te ha costado más de 2.000€. Y una tableta gráfica, claro, imprescindible si quieres hacer ilustración digital. Por no mencionar el resto de material que utilizamos los ilustradores que, barato precisamente, no es. No, es verdad. El dinero no es importante. Todas estas cosas caen del cielo y normalmente, se pagan con ilusión. Ironías aparte, perdóname, pero creo que aceptar estas condiciones por cumplir la ilusión de publicar, es una razón equivocada.
Quizás has pensado que, lo realmente importante sea empezar en este “mundillo” de la ilustración, meter la cabeza al precio que sea. Una vez que tengas experiencia, ya exigirás precios y condiciones más decentes. Pues, lo siento otra vez, pero vuelves a equivocarte. Porque resulta que este “mundillo” es mi profesión. Y esta profesión está cada vez más hundida gracias a que siempre hay alguien dispuesto a hacer estos trabajos por esos precios. Y ten por seguro que cuando tú, ya fuera del nido protector en el que a buen seguro la mayoría aún estáis, necesites pagar tus seguros sociales, tu alquiler, tu equipo de trabajo, tus materiales, tu manutención, etc., no podrás permitirte cobrar 300 o 400€ por dos meses de trabajo. Y ¿sabes qué? Efectivamente. Habrá gente que sí. Y tú no podrás vivir de tu profesión, de tu trabajo, de tu pasión. Y probablemente te quejarás como yo lo hago ahora, pero con menos razón. Porque yo jamás aceptéunas condiciones similares ni aún cuando empezaba. Y tú sí. Por eso creo que esta razón también es errónea. Porque lo haces para entrar en una profesión que sin proponértelo, y de esto no me cabe la menor duda, estás ayudando a destruir.
Quizás has pensado, cuando te hayan ofrecido porcentaje de ventas, que lo vas a petar con esto de las apps. Ante esto no puedo más que darte algún consejoproducto de la experiencia. Estas startups suelen tener subvención del ministerio de cultura (como puede verse en sus páginas web). Con esto quiero decir que ellos no van a perder dinero. Y cuando te piden que apuestes por ellos, piensa que su apuesta es segura, y que es muy fácil apostar con el dinero y la ilusión de los demás. No caigas en la trampa. Tu trabajo, tu tiempo y sobre todo, tu talento, tienen un precio. Porque seguramente has dedicado muchas horas para llegar a dibujar e ilustrar como lo haces. Muchísimas horas y dinero en formación. Si nadie duda que eso hay que pagarlo en el caso de un ingeniero, un médico, un abogado o un piloto de avión, no veo que sea tan difícil de entender con los artistas o creadores gráficos. Da igual que lleves unos meses intentando abrirte camino, o lleves años batiéndote el cobre en la profesión. El cliente que te propone publicar tus trabajos, lo hace porque espera ganar dinero con ello. O con ventas o con las ¿benditas? ¿malditas? subvenciones. Justo es que recibas unas retribuciones, en función del trabajo que realices. Dos meses de trabajo por 450€ no es una retribución adecuada.
Sin embargo, si eres un profesional de amplia experiencia en el mundo de la ilustración, sinceramente, no tengo ni la más remota idea de qué razones has tenido para aceptar tales condiciones. No me lo tomes a mal. Simplemente no se me ocurre ninguna.
Quiero terminar invitando a todos a la reflexión y a la autocrítica. Nos quejamos y con razón, de que los estamentos públicos, lejos de favorecer el desarrollo de la cultura y apoyar a los creadores y artistas, se dedican a ponernos palos en las ruedas. No creo necesitar poner ejemplos muy recientes sobre esto. Por eso es aún más triste que seamos nosotros mismos los que estemos poniendo nuestro granito de arena para, de manera consciente o inconsciente, terminar de enterrarnos. Difícilmente respetará nadie nuestro trabajo, si los primeros en no valorarlo somos quienes lo realizamos.
Gracias si has llegado hasta aquí leyendo este “tocho”. Medita lo que expongo y argumento. Difúndelo si crees que, de alguna manera, puede servir de guía u orientación a alguien. No quiero notoriedad. Quiero que la gente se conciencie. Me gustaría que mi profesión, a la que amo profundamente, tuviera un futuro algo más prometedor que lo que últimamente las circunstancias me llevan a pensar que tendrá.

Ante estos comentarios de aparentemente un «profesional» del mundo editorial; Calero matizó: «Mi intención es la de ayudar y seguir ayudando a los que empiezan. Siempre lo he hecho. Jamás he negado un consejo desde mi humilde posición a quien me lo haya pedido. Tanto si es una persona conocida, como un desconocido que me manda un mensaje en Facebook. De hecho, mi carta no es un ataque contra nadie. Es una invitación a la reflexión. Luego, cada uno, que haga lo que estime conveniente. «
jp
Cállate y trabaja? idiota? explotación laboral en India? hablar tonterías? para esta clase de «cliente anónimo potencial» nadie debería trabajar.
Gogo
Necesita trabajar con extranjeros porque ellos no entienden las estupideces que habla…
Perla
Creo que el ANONIMO que contestó la carta de Calero es un esclavo irrespetuoso que no dibuja y no sabe nada de ilustración porque hace ya mucho tiempo que las editoriales e ilustradores existen y se puede publicar mundialmente no necesariamente gracias a la web. Por eso tiene una lista al lado suyo y no entiende de estilos, entonces va tachando como si estuviera de compras y fuese consiguiendo de a poco el orégano, la sal y los huevos. Yo no soy reemplazable por nadie, nadie dibuja como yo, ni como Calero, ni como muchos otros. ANONIMO puede ser reemplazado en cualquier momento. Gracias.
Malatinta
Qué razón llevas Perla, es una pena que un «profesional» hable así de una profesión tan bonita como es la ilustración.
Julio
Se suele decir que es que vivimos en tiempos de la precariadad, que tu profesión es muy precaria, que esto antes no pasaba…
Y estoy convencido que no, que antes pasaba pero con una diferencia, había visión de enfrentar este problema de forma colectiva, como trabajadores que somos.
Comparto esta reflexión que me ha inspirado a escribir este pequeño comentario:
Más de una vez me planteado cómo podríamos enfocar el tema. Y aparte de la dignidad de poder decir no a presupuestos insultantes como profesionales considero que hay que darle un enfoque no sólo defensivo, si no ofensivo:
-1. Es decir, necesitamos estar unidos, para eso creo que como profesionales debemos estar sindicados para defender nuestros derechos.
-2. A mayores deberíamos ponernos de acuerdo y ser capaces de articular un control de los precios mínimos dignos a cobrar por nuestro tiempo y dedicación. Y presionar para que nadie lo haga por menos, ya que por solidaridad entre nosotras como profesionales es favorece un freno a trabajos altamente precarios.
-3. Constituir una bolsa de empleo donde las empresas nos contraten a sabiendas que deben respetar el mínimo salarial y otras serie de cuestiones (nos abusan con los plazos, carga inesperada de trabajo, etc…) que siempre nos pasa por estar individualizados.
-4. A la par que la bolsa de empleo impulsar nuestra formación creando un centro de estudios cooperativo alejado de los muchas veces abusivos precios de centros formativos privados. (sin desdeñar a los grandes profesionales que hay ahí, que una cosa no quita la otra)
Pablo González Mora
TOTALMENTE DE ACUERDO JULIO!!! No puedes llevar más razón!
María
Demás que la miseria que paga a los ilustradores en la India, probablemente sea una fortuna allá. Y eso es explotación.
Me recuerda a los de marcas de ropa que tienen esclavos chinos en barcos (para no pagar impuestos) donde cosen y cosen, creerán también que están siendo muy buenos con ellos al pagarles la miseria que les dan porque con eso podrán comprarse un pedazo de pan o qué sabe que.
Juan David
La verda es muy triste esto pero la verdad de las cosas es que hay una sobreoferta increíble de ilustradores, pueden exigir todo lo que quieran se pueden unir y exigir entre muchos una remuneración justa pero la verdad de las cosas es que el 80% de los estudiantes de Diseño Gráfico quieren ser ilustradores de ese 80% casi en su totalidad son muy buenos, entonces que es lo que pasa, que si hay uno que no este de acuerdo con lo que le propone un cliente sencillamente buscan otro por que como ya dije, hay demasiados y así sucesivamente hasta llegar a un punto en que alguien si acepte sus condiciones, Ilustradores buenos hay muchísimos, diseñadores integrales buenos no tanto, seria bueno que ampliaran mas sus horizontes y encontraran nuevos caminos que estén de la mano con la ilustración ya que es su pasión. pero esta por si sola esta sobreofertada y para llegar a destacar como ilustrador se requiere tiempo muchisimo talento y suerte, si has leido bien y no lo he dicho yo, lo han dicho varios profesionales aveces el talento no basta, requieres contactos hacerte notar etc etc etc. Hay que ver siempre las dos caras de la moneda
Pel-Per
Encima con faltas de ortografía… Dios!
Olivia
Apoyo total
Gabriel Díaz
Me identifico con todas y cada una de tus palabras… En mi caso, te diré que no soy ilustrador, sino escritor, y por mucho que me pese, no vivo de mi trabajo. Las ventas de libros no dan de comer y la mayoría de las veces, la gente no quiere pagar tus colaboraciones. Ya sea porque dicen estar empezando o porque hablan en nombre de la falta de ánimo de lucro. De hecho, me tuve que enfrentar a un señor que me decía que quién me creía que era para pedir que se me remunerase por escribir. Triste que sólo estén bien pagados los políticos que están relacionados con la Cultura…
Anónimo Digno
Si tanto se jacta de tener ilustradores dispuestos, que se aferre a ellos y deje de dar vueltas para reencontrarse con ‘evitables’ no? 😉
Marcelo Pérez
Lo que me parece tremendo es que se esconda y no de su nombre, «anónimo» es de cobarde, pero eso se paga, hay un universo que devuelve la moneda dada, por suerte hay una justicia divina. Estoy de acuerdo que hace falta un sindicato que regule la situación de los ilustradores, alguien que nos defienda, y si quiere contratar un ilustrador de la india me parece perfecto, seguramente su estilo le gustará más y está en todo su derecho, pero que le pague lo que corresponda en España o donde se encuentre el empresario que compra su trabajo, alguien nos tiene que defender. Lo que hay que entender y esto ya me ha pasado es que si empezamos a menos valer nuestro trabajo bajando los precios pensando que así vamos a conseguir de alguna forma más, lo siento pero no es así, el trabajo es el que hay, no va a haber más, y lo único que se consigue es perjudicar a la profesión entera ya que sienta precedente y ya tienen argumento para decirte «tal» me cobra tanto, pues llama a tal, que quieres que te diga, lo que no sabe es que si el bajo su precio atrás vendrá otro dispuesto a bajar más y recuerdo les que lo bajado bajado está, ya no vas a poder volver a subir los precios. En esta profesión hay que ser una piña y estar juntos. Y con respecto a los derechos de autor o las ventas, hay muy pocas empresas lo verdaderamente serias para decirte realmente lo que han vendido, a los de las aplicaciones? como vas a corroborar las ventas? si te ofrecen 450€ por «dos meses de trabajo» cuanto GANAS por mes? 225€, si no te da ni para pagar la seguridad social, por que claro, te van a exigir factura, y así seas lo suficientemente rápido para por ejemplo imaginemos 25 días, tampoco me darían los números, seguimos estando en unos precios inexistentes, si llegas a trabajar tan rápido es porque has estudiado mucho y trabajado mucho, mi trabajo no se paga por la velocidad en que lo hago, sino por la calidad que brindamos, allá cada uno con el tiempo que le lleva. Creo que la carta escrita arriba es algo para compartir, reflexionar y tener muy presente. Lo que dijo, nos perjudicamos a nosostros mismos con esa aptitud.
Paulo
Anónimo del 29 de enero, lo tuyo no son simples faltas de ortografía, es falta de cultura y de escrúpulos. Te has lucido.